Capítulo 8: Sé mi amiga...

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Resultó, que las puertas llevaban a una misma habitación, al menos para dos de ellos.

Garry y Tamara, al cruzar sus puertas, se encontraron a la misma distancia que antes, en una habitación azul con subtonos morados, y un suelo de alfombra púrpura oscuro.

Ambos se miraron, y la chica rodó los ojos con molestia, mientras que él, asustado de no ver a Ib, miraba por toda la habitación.

—Debe haber entrado a una habitación distinta —intentó calmar la niña, abrazando sus brazos para entrar más en calor —. No te preocupes.

El chico asintió, y juntos comenzaron a caminar, esta vez, volvían a ser dos, y no tres.

La habitación se abría en un largo pasillo, tan estrecho, que tenían que caminar uno tras otro y encogidos de hombros para poder pasar.

Pronto llegaron a una habitación. Antes de pisar la alfombra de color completamente azul oscura, ella se acercó al letrero, y leyó:

"Sala Galáctica"

Ambos entraron, y asombrados, miraron las estrellas colgando del techo, las paredes en las que habían pintadas constelaciones y vías lácteas.

—¡Que belleza!

—¿Quieres tocar una?

Tamara miró a Garry, quien le sonreía con tranquilidad. Ella asintió alegre.

Tamara tenía las ganas de ser una niña de nuevo muy incrustadas en su ser. No lo pudo ser de niña, así que deseaba con todas sus fuerzas serlo de nuevo. Por eso se permitía pequeños lujos que le daban a los niños y no a los de su edad, puesto que incluso su apariencia le otorgaba ayuda para ello.

El chico cargó a la chica sobre sus hombros, haciendo que esta, mientras caminaba Garry por la habitación, pudiera tocar la infinidad de estrellas colgadas y pintadas en el techo con gran animo y estusiasmo.

De la nada, la chica se sintió atraída por una estrella negra, sin embargo, no era estúpida. Esta estrella en particular no le traía buena espina, así que la esquivó, y continuó su camino hasta bajar de los hombros del chico.

—Sigues siendo malo.

—Ah, sí. Lo que tu digas, Tam.

—No me digas Tam. —Se dio la vuelta para continuar caminando por el pasillo.

—Pero suena lindo. Es como, TamTam, Tami, Tambry. ¡Tambry es lindo! Así te llamó Ib.

—¡No!

—¡Pero TamTam!

—¡NO!

Garry estaba sumido cada vez más en sus pensamientos a cada paso, observando la figura de Tamara, y pensando en aquella chica de cabellos castaños y extraños ojos color vino.

Se sentía asustado de sólo pensar en que Ib estaba sola, caminando en la Galería aún sabiendo que Mary estaba por ahí. Aunque algo como esto ya había sucedido alguna vez, así que debía dejar de preocuparse tanto.

Cerró los ojos, y la imagen de ella apareció en sus párpados.

Cada vez la necesitaba más, pues aunque ella era unos años menor, su madurez era impresionante. Pero seguía siendo una chica de preparatoria. Al menos esta a punto de cumplir los diecisiete.

Ib 2:El regreso de la Galería [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora