CAPÍTULO 2

5 0 0
                                    


Mikel y yo quedamos en pasar a recoger a mis padres sobre las cuatro en el taxi para poder coger el avión. Terminamos de hacer las maletas, estábamos algo nerviosos por el viaje; pero cuando recogimos a mis padres estaban todavía mas nerviosos. Para ellos era toda una novedad; nunca habían montado en avión. Por fin podían cumplir el sueño de viajar y de ir en Crucero por el Caribe .

Tras el susto que nos dio mi padre hace un mes Mikel y yo decidimos acompañarles e invitarles. Era la manera más fácil de darles las gracias por todo lo que hacían por nosotros. Habíamos pasado unos días muy preocupados por la salud de mi padre, pero por suerte todo quedo en un buen chichón y algunos moratones debido a la caída del andamio. Los médicos le recetaron descanso y relajación, y todos estábamos dispuestos a cuidarlo. Llegamos al aeropuerto y facturamos las maletas, nos esperaba un largo vuelo para llegar a Cuba. La experiencia para mis padres estaba siendo brutal. El vuelo fue de 9 horas aproximadamente. Los nervios del despegue dejaron paso a a un sopor y somnolencia. A cada poco venían las azafatas y nos servían algo de comer y de beber. Al cabo de un rato por fin tomamos tierra a Cuba; al salir del aeropuerto un guía nos estaba esperando para llevarnos al hotel.

En el hotel pasaríamos dos días enteros para descansar del viaje y poder conocer Cuba y sus costumbres. Probamos su ron y su café y compramos varias cosas para llevar a casa. Tras dos intensos días llego la hora de ir al puerto a ver cual iba a ser nuestro crucero. Cuando llegamos al puerto y vieron aquellos enormes barcos que parecían casas flotantes quedaron impresionados. El barco era enorme, tenia: piscinas, discoteca, casino, tiendas y peluquerías... Nuestra ruta iba a ser: Miami, Florida, Jamaica, Santo Domingo... Mis padres estaban encantados, era como una especie de sueño para mis padres. Partimos de Cuba hacia Miami, la noche en la cubierta era maravillosa. Un millon de estrellas iluminaban el cielo y la temperatura era extraordinaria. El viaje estaba siendo tranquilo y maravilloso. El cuarto día de viaje mis padres y otros matrimonios españoles que habíamos conocido estaban cenando juntos. Empezó a refrescar y entramos al comedor. Todo estaba super tranquilo cuando de repente empezó a sonar la sirena del barco repetidamente. No le dimos importancia pero la sirena seguía sonando. De repente un fuerte estruendo y una fuerte sacudida hizo caer a la gente que estaba de pies. Copas, mesas, sillas... salieron volando. Dios mio!!! Hemos chocado contra algo!

VACACIONES SOÑADASWhere stories live. Discover now