Llamar...enviar un WhatsApp...ir a verle...muchas opciones se barajaban en la cabeza de Carla. Desde que Guzmán les había contado que Polo volvía a estar en libertad y lo que le había pasado a Nano, ella había sentido la necesidad de preocuparse por el estado emocional del camarero. Hacia 6 años hubiera estado a su lado, le hubiera mandado un mensaje, hubiera sido su mayor apoyo...pero hacia esos mismos años que ella se había encargado de destruir todas esas opciones lógicas huyendo de su lado. Le aterraba la sola idea de imaginar qué pensaría Samuel de ella, le aterraba volver a contactar con él y en el fondo sabia que ese miedo venia producido por el temor que ella sentía a volver a rememorar ciertos sentimientos que durante su estancia en el extranjero se había convencido a si misma que estaban muertos y enterrados. El problema era el de siempre, la comunicación entre su cabeza y su corazón no era muy productiva.
Había decidido reforzar la seguridad de su casa, tenia miedo, miedo de que Polo fuera a por ella, al fin y al cabo al salir de esa reunión lo que había quedado claro es que todos tenían con quien estar acompañados menos ella y Lucrecia, en cierta manera por eso la había invitado a comer, en esos momentos con todos los líos que tenia en la cabeza lo que mas deseaba es tener su espacio en la soledad para conseguir encontrar respuestas, pero el miedo que sentía a que esa soledad pudiera causarle algún tipo de daño hicieron que invitara a la mejicana.
-¿Como estas? -Carla dejo de comer la sopa y miro a Lucrecia, la verdad la mejicana le había demostrado en estos días que llevaba en Madrid un cambio de actitud con ella bastante grande.
-Como puedo...
-Ya se que me has invitado para no estar sola...te conozco demasiado querida
Lucrecia le había pillado las intenciones, pero para sorpresa de Carla no parecía molesta, ni por su sonrisa ni por como le acariciaba la mano.
-Es que tengo miedo...tengo miedo por mi...por todos en general...estoy preocupada por como estará Nano...
-Estas preocupada y tienes miedo por Samuel.
Lucrecia había dado en el clavo, no sabía cuándo había conseguido esa capacidad de leerme mis pensamientos, en nuestra época de Instituto siempre estaba encima de mí, pero nunca insistía cuando le daba largas, tampoco era capaz de descifrarme y ahora era como si solo con mirarme ya supiera exactamente que sucedía.
-Lu...
-No, Lu no. Carla querida ósea obvio se te ve que sigues pensando en él, por favor Guzmán explicándonos eso y tu llevabas una cara desde que te enteraste lo que le había pasado a Nano...y encima preguntando porque no estaba allí y obvio también que desde que has llegado aquí no sabes cómo hacer para hablarle.
-Es cierto...no sé cómo hablarle.
-Pues usando las palabras honey.
Ambas nos reímos, en parte es lo que necesitaba, relativizar los problemas y reír, que con todo lo que parecía venir, hacía falta.
-Perdón por meterte en esto, se que si no te hubiera insistido en que nos ayudaras ahora no tendrías estos problemas.
-Carla de verdad, está bien ósea ese pinche pendejo merecía estar en prisión, lo volvería a hacer no le tengo ningún miedo, me obligaste a formar "equipo" con la narco barbie y la musulmana infiel, pero esta bien, conseguimos entonces salir adelante y ahora lo haremos igual. Ademas estando en el ayuntamiento siempre voy con gente, no se atreverá a hacer nada, a no ser que sea un estupido.
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-Putas muletas – dijo Nano saliendo del vehículo, él y Guzmán habían llegado a la casa que los 3 compartían, era una casa bastante bonita, con jardín y que entre los 3 se habían encargado de pagar. Aparte del negocio, esa casa era otro de los puntos de unión de los chicos.
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Élite: Toda una vida
Random7 años después de la muerte de Marina y ya con el culpable encerrado los chicos han construido su vida lejos del prestigioso colegio Las Encinas. Pero una cerilla...que entra en un bosque tranquilo puede provocar que el fuego vuelva a arrasar con to...