Día 3

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Sus manos yacían apretando el cuello de su adversario quien se encontraba tendido en el agrietado suelo portando una sonrisa socarrona

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Sus manos yacían apretando el cuello de su adversario quien se encontraba tendido en el agrietado suelo portando una sonrisa socarrona. Los ojos de ambos estaban conectados, unos reflejaban impotencia mientras los otros ni tenían una pizca de brillo, sólo una sed de sangre que se quitaría en cuanto terminaran con él.

Frunció su ceño apretando los dientes sintiendo sus brazos temblar como consecuencia de haberse excedido en usar su quirk, o eso es lo que él quería creer.

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—¡SHINE!

Una fuerte explosión hizo temblar el lugar llamando la atención de todos los pertenecientes a la clase 2-A que no tardaron en dirigir su mirada hacia donde se había originado lo antes escuchado viendo una gran capa de humo y polvo.

Bakugō mantenía fija su mirada en el centro, exactamente hacia donde había lanzado su explosión ignorando las exageraciones de Kaminari y uno que otro comentario por parte del resto, sólo quería ver a Kirishima permaneciendo de pie y resistiendo —como siempre— la potencia de sus ataques. Mas la sorpresa que se llevó lo hizo fruncir su ceño que no dudó en dirigirse junto a su profesor, Kaminari y Sero hacia donde yacía el pelirrojo. Eijirō se encontraba inconsciente bajo escombros de piedra y sangrando. Katsuki estaba desconcertado, —y preocupado—. Durante el trayecto a la enfermería no podía dejar de pensar qué era lo que había ocurrido. Si bien, ya había usado aquel ataque con Kirishima y nada, como lo que acababa de pasar, sucedió en ese entonces.

Una buena reprimenda por parte de Aizawa fue lo que se llevó importándole poco pues su mente sólo procesaba lo recién acontecido. Chasqueó la lengua yéndose a cambiar para luego ir y encerrarse en su habitación después de sólo escuchar eso por parte del adulto.

Permaneció acostado en su cama con los brazos cruzados detrás de su cabeza viendo el aburrido techo manteniendo el ceño fruncido optando por mejor colocarse de lado e intentar dormir ya que de nada servía que estuviera pensando en tales cosas cuando la respuesta era más que obvia: Kirishima se había distraído tardando en activar su poder. Sí, eso debió haber sucedido, así que no era su culpa sino del tonto pelirrojo que tenía muy presente que él no permitía ningún tipo de distracción cuando de entrenar se trataba.

Al día siguiente, Kirishima se presentó a clases como si nunca hubiese ido a parar a la enfermería gracias a cierto rubio explosivo. Saludó a todos con su brillante sonrisa y se dedicó a responder las preguntas de sus amigos y compañeros respecto a su estado. Mientras tanto, Bakugō permanecía en su sitio viéndolo disimuladamente sobre su hombro creyendo ver algo extraño por lo que giró su torso quedándose confundido por un par de segundos. La falta de sueño debió haberle jugado una mala pasada, sí, no había podido dormir bien durante la noche y ahora creía que la sonrisa del pelirrojo era falsa. Le restó importancia volviendo a acomodarse en su silla a la vez que el profesor ingresaba al aula.

Durante las clases hasta que fue hora del almuerzo, la imagen mental de la sonrisa de Eijirō no dejaba de incomodarlo y no precisamente porque lo pusiera de nervios o provocara un revoltijo tanto en su estómago como en su pecho, como en ocasiones anteriores. Miró de reojo al dueño de sus pensamientos —en ese momento— notándolo muy animado charlando con Kaminari y Sero no logrando percibir algo extraño o diferente, parecía que todo estaba como antes. Entonces, ¿por qué aún sentía aquella incomodidad? Frunció el ceño y soltó un leve gruñido que sólo fue escuchado por el chico sentado a su lado que volteó a verlo.

KIRIBAKU WEEK 2020 [BNHA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora