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Gimió de placer al sentir el fuerte cuerpo de su contrario ubicarse sobre él.

El pecho de YoonGi subía y bajaba rápidamente, hacia años que no estaba con otra persona que no fuera TaeHyung y el hecho de que un hombre como JungKook lo viera totalmente desnudo lo inhibía un poco. Se notaba desde lejos que el castaño entrenaba, que su cuerpo estaba marcado y duro en las zonas correctas. Sus pálidas manos cubrieron su rostro cuando sintió los besos suaves del hombre en su blando estómago.

- ¿Qué sucede? ¿Te arrepentiste? - JungKook dejó de besarlo y comenzó a acariciar su cuerpo, con movimientos reconfortantes.

- N-no es eso. - murmuró con las mejillas coloradas. - tú... tú eres un hombre muy atractivo, hasta una mosca se sentiría atraída por ti, entrenas y tienes músculos bastantes definidos... - Sus dedos trazaron líneas imaginarias por sus abdominales. - y yo... yo paso mi tiempo libre viendo alguna serie y durmiendo. No soy exactamente alguien con un físico envidiable.

El ceño fruncido de JungKook le mostraba que se encontraba bastante en desacuerdo con sus palabras.

- ¿Q-qué sucede? - YoonGi sonrió nervioso.

- Te demostraré que eres la persona más hermosa de este maldito mundo.

El pelirrojo tuvo la sensación de que no solamente lo iba a hacer sentir hermoso ése día, mientras tenían relaciones sexuales, sino, mucho tiempo más. Trató de sacar esa idea de su cabeza, era una locura, lo más probable es que ellos no se volvieran a ver después de que TaeHyung tuviera su merecido.

Suspiró entrecortadamente cuando pequeños besos comenzaron a ser repartidos por todo su cuerpo y lindas palabras salían de la boca de su acompañante, sus toques eran gentiles, para nada bruscos, YoonGi se sentía como una estatuilla de cristal, tan cuidado por ése hombre.

Estaba totalmente entregado a él, cuando lo besaba, lo hacía tan lentamente y apasionadamente que lo enloquecía de una manera encantadora. Sus labios cosquilleaban al ser succionados o mordidos por JungKook.
YoonGi gimió al sentir las fuertes manos del castaño en sus nalgas, apretandolas y separandolas, dejando su rosada entrada a la vista. Se removió en la cama, ansioso, al sentir un travieso dedo de JungKook acariciar alrededor de ella.

JungKook no tardó demasiado en untar sus dedos con lubricante para después llevarlos a la entrada del pálido y dilatarlo como era debido. La pequeña boca de YoonGi se encontraba entreabierta, soltando respiraciones entrecortadas por las sensaciones que sentía su cuerpo.

— M-más. — Gimoteó YoonGi. Mordió su hinchado labio cuando tres dedos estuvieron dentro de él, aunque no se refería a eso, le gustaba.

El pelirrojo movía sus caderas intentando buscar más, más de JungKook y ésa situación.

— Hazme el amor, JungKook. — sus ojos chocaron y YoonGi se enterró en las galaxias de JungKook, no entendía cómo con una simple mirada le daba toda la seguridad necesaria, el cómo estaba cada vez más necesitado de él y de sus palabras.

El castaño no le respondió con palabras, sino, con actos. Colocó una suave almohada bajo su cadera, sin dejar de acariciar sus blanquecinos muslos, ¿estaba nervioso? Por supuesto que sí. YoonGi ni siquiera recordaba haberse sentido de esa manera cuando tuvo su primera vez con un hombre.

Estaba ansioso, nervioso y excitado. Quería sentir el pene del hombre dentro suyo, llenándolo por completo y que lo hiciera sentir condenadamente bien. Abrió más sus piernas cuando JungKook ya se había colocado el condón, estaba tan expuesto y vulnerable ante él.

El menudo muchacho clavó sus cortas uñas en los omóplatos del hombre más alto cuando este estuvo dentro de él, estaba tan inquieto que comenzó a mover sus caderas, sin que JungKook estuviera completamente dentro de él.

— Tranquilo, precioso. Tenemos todo el día... me pediste que te hiciera el amor y eso haré. — Murmuró el castaño sobre su boca antes de introducir su falo completamente en YoonGi.

Las estocadas eran lentas pero profundas, con cada movimiento, la cabeza del pene del hombre daba en el punto dulce del pálido, mandándolo de paseo por la luna.

YoonGi enredó sus largas piernas en la cadera de Jeon, haciendo las penetraciones más profundas, gemía encantado, JungKook lo hacía sentir muy bien. En un arrebato de adrenalina y lujuria, el hombre más pequeño mordisqueó el cuello del más alto, dejando unas cuantas marcas rojas en él, incluso, en su boca la palabra mío picaba por salir, pero no estaba tan desquiciado como para decirlo.

En medio de ése acto tan caliente y amoroso, YoonGi llevó sus ojos a su teléfono, la pantalla se encontraba encendida, pero su estado ni siquiera le había permitido escuchar algún tipo de notificación. Tampoco se permitió prestarle demasiada atención, quería disfrutar el momento.

— Te quiero.

Aquellas palabras resonaron en la cabeza del pelirrojo, fueron dichas con una voz ronca que le mandó pequeñas descargas a su pene, de repente quería ser follado tan furiosamente.

— ¿Mucho? — preguntó, caliente.

— Mucho, muchísimo. — JungKook besó su cuello para después terminar en sus labios. Tal vez las estaba diciendo por la misma excitación, pero YoonGi no lo pensaría ahora, tal vez más tarde.

— También te quiero. Te quiero tantísimo. — Dijo antes de que su semilla manchara su vientre y el de su acompañante.

Solo bastaron unas estocadas más para que el castaño se viniera también, dejó caer su cuerpo sobre el más chico, intentó no aplastarlo, pero estaba agotado y casi no podía sostener su peso, por lo que decidió que era mejor que Yoon estuviera sobre él.

El pálido no emitió queja alguna, en cambio, se acomodó en el lampiño pecho de su amante y buscó el calor que emanaba su cuerpo, importandole poco si terminaba con la mejilla sudada.

Sellaron aquel acto con un último beso, silencioso y lento. Ninguno dijo nada, solo acomodaron sus cuerpo y dejaron que el sueño se apoderara de ellos.

Tal vez no tendrían que haberse quedado dormidos y tal vez también tendrían que haber revisado sus celulares.

— ¡¿JungKook?! ¡¿YoonGi?!

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— ¡¿JungKook?! ¡¿YoonGi?!

El grito que retumbó por la habitación logró que ambos amantes lograran salir de su tan especial sueño. Ellos ni quiera se habían separado un milímetro desde que se durmieron, seguían tan juntos y abrazados.

— ¿TaeHyung? — Murmuró un adormilado JungKook.

TaeHyung || KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora