Jueves 5 de Marzo.
Era un día maravilloso en las calles de NEW YORK, inicie mi día normal, era un lunes, me desperté a las 5am para hacer ejercicio y ahí estaba ella Emilia, mi amada Emilia. Durmiendo mientras yo simplemente la observaba hacerlo, adoraba como lo hacía, la forma en que se veía, su lindo rostro, como su cabello cobrizo se exparcia por todos lados como la raíz de una planta.
- "Que hermosa te vez mi amada Emilia"-. La deje durmiendo y yo salí.
Al regresar ya estaba despierta y tenía el desayuno listo, adoraba su forma de cocinar.
- Buenos días mi amor, como te sientes hoy- Me dijo ella con su dulce y tierna voz.
- Excelente mi quería Emilia- Le dije - Te amo.
- Yo también te amo- me respondió.
- -Lo sé- le dije, aunque sonara arrogante siempre lo hacía y lo sabía pero era algo que le gustaba.
Salí al trabajo como de costumbre, normalmente al salir siempre estaban afuera los vecinos, eran unos señores muy queridos.
Seguía mi ruta al trabajo y antes de llegar a él siempre hacía una parada en la cafetería de la señora May, no faltaba un solo día por pastelillos que ella preparaba y vendía, eran la gloria, una sola mordida te llevaba al cielo, su dulzura su textura era algo que me fascina, la forma en la que la crema se derretida en tu boca era sublime, sin punto de comparación.
Hoy era un día importante en el trabajo, pues llegaba la carta del contrato para el hotel de en Miami, para mí ese contrato era todo , trabajé muy duro durante casi dos años y hoy por fin sabría la respuesta.
Eran alrededor de las 10 am cuando el presidente de la empresa, el Sr Steven me llamó a su oficina en ese momento me llené de nervios, me sudaban las manos y los pies, el cuerpo me temblaba así que me llene de fuerzas y fui directo a su oficina.
- ¿Me mandó a llamar Sr Stevens?.
- Si Señor Cavil- Dijo él muy sereno - Tomé asiento tengo que darle una noticia -.
- Tengo el contrato - pensé pero a la vez pensé que quizás no lo iba a tener, así que me senté a esperar la noticia.
- -Sñr Cavil, por más de 16 meses trabajó en el proyecto de Miami y es para mi un honor felicitarlo por su logro- Dijo alegre - El contrato es suyo -.
Ni siquiera supe que pasó después de eso, no lo recuerdo bien, creo que entre el shock o quizá me desmaye es algo que no lo sé, pero algo sí sabía y es que ese era el mejor día de mi vida o al menos eso pensé en ese instante.
Todos en la oficina me felicitaron por eso, obtener un contrato tan grande cómo el de Miami, era algo que no podía imaginar llamé a mi esposa y amada Emilia en varias ocasiones pero en ninguna me respondió, pensé que había salido y había dejado olvidado el teléfono.
El día pasó muy rápido organizando papeles y contratos para lo de Miami, al regresar hice el mismo recorrido que en la mañana y como todos los días le compre un detallito a Emilia, la felicidad estaba apoderado de todo mi cuerpo y alma pero era algo que no iba a durar.
Al entrar a casa, lo primero que hice fue llamar a mi amada Emilia, no respondió eso me preocupo mucho.
Al llegar a la cocina sentí que mi corazón y alma se había partido a la mitad, de ser el mejor día de mi vida pasó a ser el peor porque ahí estaba el amor de mi vida tirado en el piso desmaya con hemorragia por la nariz.
Intente despertarla pero nada funcionaba, probé con alcohol y fue un fallido intento
Parecía un loco en el carro, solo quería llevar rápido a Emilia a la clínica, poco rato después de que la internarse despertó aunque estaba algo confundía o ida, así me dijo el médico.
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Hasta el último momento ( Finalizado)
RomanceEn una vida como la de cualquier pareja, Emilia y Henry un hermoso matrimonio de la ciudad de Nueva York que vivían cada día alegremente, pero como se puede decir la felicidad puede ser efímera, un día como cualquier otro todo cambio para sus vidas...