a little jealous ! luzuplay.

IV.

Con dificultad, empezaba a abrir poco a poco sus ojos. Los rayos de luz por su ventana eran reflejados en su cara y de cierta manera, le molestaban aquellos destellos.

Se levantó de la cama y algo extrañado se fue al clóset para recoger una toalla y ropa nueva. Se sentía demasiado "pegajoso" y sucio, una ducha le haría bastante bien para relajarse. Estaba fuera de sus sentidos, tenía demasiado sueño y se encontraba algo mareado, Apenas podía abrir sus ojos. ¿Qué había ocurrido exactamente anoche? No recordaba con mucha claridad.

—Tsk. —chasqueó su lengua. Un dolor de cabeza estaba haciéndose presente.

Ni siquiera sabía cómo había llegado a la antigua habitación de su ex compañero Brett, pero poco le importo pues su preocupación era el ardúo dolor en su cabeza. Abrió la puerta del baño y se encontró con una grata sorpresa al verse en el reflejo del espejo.

Tiró la toalla y ropa al suelo sin importancia alguna. Empezó a pellizcar cada parte de su rostro verificando si estaba soñando o no.

—¡PERO QUÉ COJONES! —gritó viendo su nueva apariencia—, Madre mía. ¿Qué me han hecho? Si yo solamente estaba tranquilo anoche caminando por la casa de.. —se quedó pensando tratando de recordar—, Espera.

Luzu.. ¡Luzu había sido el culpable de esto! Ahora lo recordaba perfectamente, las sombras negras, el frasco rarísimo.. y además..

Se asomó por la ventana confirmando que aún había un gran hoyo en la entrada de su casa.

—¡Me cago en la madre que parió a Luzu 25 millones de veces! —maldijo irritado y volvió a mirarse en el espejo—, Igual sigo siendo sexy.. ¡Pero qué es esto! ¿Miel? ¿Fuego? ¿Por qué es tan pegajoso?

Empezó a mirar algunas partes de su cuerpo dándose cuenta que estaba repleto de alguna sustancia naranja que parecía miel.

—Bueno, me lo merezco en parte. —se encogió de hombros—, tendré que contarle a Lolito de esto.

Dejó de quejarse y se fue a la ducha para darse un baño que era lo que más necesitaba. Quería analizar lo sucedido y no darle tantas vueltas al asunto, pero Luzu le enredaba cada vez más sus pensamientos.

—Ay, Luzu, mi niño. —cerró sus ojos mientras el agua caía por su cuerpo—, ¿Por qué me haces esto?

Y es que ahora Luzu constantemente vagaba por su mente dejándolo cada vez más confundido.

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—Y eso fue lo que hice.. —le contó a su amigo mientras le ayudaba a hacer su tan dichosa montaña rusa—, ¿Qué opinas, Rabis?

Rubius se ofreció para ayudarlo en el proyecto de su amigo y a cambio Luzu le ayudaría en el suyo. Vegetta llegaría en un rato más para que fueran a pescar un ratito y charlar un poco.

—Tío, tengo que ver el nuevo aspecto de Auron, jajaja. —rió burlándose y le pasó unas vías a su amigo—. Lo que hiciste fue la polla.

Luzu tomó con mucho cuidado las vías de los vagones y las acomodó en fila.

—Pero, ¿y sí ya no quiere hablarme? —le preguntó cabizbajo y dirigió su mirada a la casa inexpugnable de su vecino—, Creo que fui muy duro..

—Yo pienso queee.. —dijo Rubius y Luzu soltó una pequeña risa—, Hey, aunque no lo creas también pienso.

El de ojeras le abrazó pidiéndole disculpas por reírse de eso a lo que el contrario le perdonó.

—Como decía, yo pienso que deberías ir a hablarle y explicarle un poco de esto. —comentó el más alto—. Ahora mismo debe estar cabreadísimo el calvo.

—¡Tienes razón! —exaltó llevando sus manos a sus mejillas—. ¡Iré ahora mismo! ¡Nos juntamos en el río de Vegettitaaa para ir a pescar después!

Luzu había entendido perfectamente a lo que se refería su amigo y se despidió rápidamente sin alcanzar a escuchar una respuesta de éste. Tenía que aclarar las cosas lo más antes posible o Auron podría crear sus propias conclusiones y le haría la vida imposible teniendo a Lolito de su lado.

Bajó velozmente sus largas escaleras y se acercó a la casa de Auron. Notó que el gran hueco seguía en la entrada del menor y se sentía algo arrepentido pero qué va, ya lo hizo y no tenía vuelta atrás. Tocó la puerta esperando alguna respuesta y luego de unos minutos se abrió.

—Auron, tenemos que hab–

Sus ojos se abrieron por sorpresa y su corazón se encogía lentamente.

—¿Luzu, qué haces aquí? —preguntó Lolito mientras le dedicaba una sonrisa para nada agradable.

Lolito.

Lolito.. estaba en casa de su Auron.