¿Enamorado?

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Sanji observó por el rabillo de su ojo izquierdo como Trafalgar Law huía rápidamente fuera del restaurante después de sus palabras. Una sola inspiración, y Law ya había desaparecido tras las doradas puertas del establecimiento.

Sanji observo el reloj en la pared central del restaurante por sobre la entrada a la cocinería. El moreno tenía tiempo de sobra para prepararse e ir al trabajo. Así que no entendía su prisa por marchar.

¡Por fin estaban juntos después de tanto tiempo! Había cosas de las que quería hablar con él. Sanji suspiro. Siempre terminaba escapándosele de las manos.

─ ¿Todo bien, cocinero-san?─ Robin le interrogó suavemente. Y el rubio recordó donde se encontraba.

─ Por supuesto mi bella flor de atardecer.─ ronroneo amistosamente el cocinero. Zoro a un costado rodó los ojos. Sanji quiso sacarle la lengua, pero como el adulto que era se contuvo.

─ ¿Por qué Torao se fue?─ chillo Luffy alcanzando el postre que el médico no había terminado de comer antes de irse.

─ Por cobarde.─ gruño Zoro recostandose en la silla. Sanji le observo con el ceño fruncido.

─ ¿Celos, Marimo?─ se burló el rubio. Zoro le encaró.

─ Ya quisieras, cocinero.─ Sanji sonrió provocándole. Pero el espadachín solo bufo y aparto la mirada.

─ ¿Por qué estas celoso, Zoro?─ cuestiono Luffy mirando al espadachín. Le siguió Chopper. Robin por su parte rió por lo bajo. Y tanto Franky como Usopp y Nami voltearon a esperar su respuesta. Zoro enrojeció fuertemente sobre sus morenas mejillas. Y Sanji quiso reír ante su patético rostro.

─ Anda, marimo. Contesta.─ insistió el rubio guiñandole un ojo. Zoro quería matarlo.

─¡¡SANJI!!─ se escuchó un potente grito desde el interior de la cocina. Zoro sonrió socarronamente cuando el nombrado cerró los ojos agobiado.

Por favor todavía ni siquiera se terminaba el café.

─ ¡Vuelve aquí estúpido mocoso! ¿¡Quien te da dado el día libre para ir a relajarte!?─ Zeff estaba en la puerta de la cocinería mirando directamente en dirección a la mesa. Por suerte había pocos clientes. Y los que habían ya conocían el trato en el local.

De un solo trago, Sanji apenas logró saborear aquel delicioso café amargo preferido por el cirujano, antes de terminarlo.

─ Con vuestro permiso.─ se disculpó. Retiro los platos vacíos y se encamino a la cocina con los brazos llenos.

Mientras caminaba no logró evitar pensar en Law. Si él estaba tan nervioso en el desayuno por estar junto a Luffy, entonces, ¿Era de él de quien estaba enamorado?

Sanji frunció los labios. Dirigió una rápida mirada en dirección a la mesa. Específicamente a Zoro y Luffy. Su estúpida y babosa sonrisa de eterno enamorado hacía el menor.

─ ¡¡Apresúrate mocoso!! ¿¡Crees que tengo todo el día para esperar que traídas tu debilucho cuerpo aquí!?─ Sanji rodó los ojos. Y apresuró el paso.

─ Joder contigo, vejestorio. ¡Ya voy! 

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