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Nerissa

Son los momentos como estos, los que a veces me hacen odiar a mi hermana. No puedo creer que esté perdiendo el tiempo de mi tan ansiado verano en un lugar como este.

Mi hermana es la persona más importante para mí en mi vida. Más que el papel de hermana, ella asume el papel de madre en lo que a mí respecta. Siempre hemos sido unidas, ella solo es 10 años mayor que yo, así que para mí, es la mejor amiga que alguna vez pudiera haber deseado. No recuerdo ningún momento de mi vida, donde mi hermana no haya estado presente, en los buenos, y sobre todo en los malos, porque momentos malos han sido muchos. Hemos sido ella y yo contra el mundo, desde un buen tiempo. Por eso cuando discutimos, me siento muy mal después, me hace sentir que estoy defraudando a la única persona verdaderamente importante para mí.

A pesar de que amo a mi hermana con locura, debo admitir de que es una pesada. Puedo sentir su desaprobación por mi novio desde esta distancia. Sé que Jared, no es el hombre perfecto, pero odio la manera en que se refiere a él.

Ella nos miraba mientras nos despedíamos en la puerta.
-Promete que me llamarás esta noche- le dije a Jared mientras enroscaba mis brazos en su cuello y me alzaba para besarlo.

-Te juro que te llamaré, nena- me respondió él antes de acercar sus labios a los míos y empezar a besarme. No fue un gran beso, solo un pequeño roce de nuestros labios, ya que con mi hermana sentada en el sofá a solo unos metros, me daba vergüenza realizar algo más íntimo, y creo que a él también.

De verdad esperaba que me llamara. Pero en el fondo sabía que Jared no lo haría, desde el comienzo de nuestra relación, siempre había sido un poco frío conmigo. Nos veíamos pocas veces a la semana, y cuando lo hacíamos solo ocupabamos nuestro tiempo en la parte física de la relación, es decir, besos, caricias o sexo. Las palabras entre Jared y yo eran más bien escasas. Si lo pensaba bien, en los 3 meses que llevábamos juntos, no habíamos intercambiado, nada más que simples frases. No conocía mucho de él, pero lo poco que conocía me gustaba bastante.

Lo observé despedirse y finalmente cerré la puerta con un suspiro. Esperaba que me llamara.

-Espero que seas consciente de que no va a llamarte- me dijo mi hermana desde su posición en el sofá. Sabía que solamente fingía mirar la televisión, cuando en verdad solo estaba pendiente al mas mínimo detalle del intercambio entre Jared y yo.

-Sí lo hará- le repliqué tercamente. Me gustaba que mi hermana pensara que mi relación era perfecta aunque no fuera así. No quería darle motivos para que después me soltara uno de sus famosos: te lo dije.

Ante mi respuesta, ella apagó la tele y se giró hacia mí, que aún me encontraba parada junto a la puerta.

-Ya deja de engañarte. Ni siquiera sé que es lo que ves en ese muchacho. Podrías aspirar a un novio mejor, Neri.

Inspiré con fuerza ante esas palabras. El tema de mis novios siempre había sido motivo de discusión entre mi hermana y yo. Nunca estaba de acuerdo con los chicos con los que salía, a todos les encontraba defecto. Siempre me repite que podría aspirar a algo mejor, pero es que creo que ella pretende que espere por un príncipe perfecto que en realidad nunca llegará.

Sé que en el fondo sus palabras son el reflejo de su preocupación. Mi historial de novios no es muy bueno que digamos, pero he sabido aprender de mis errores para no tropezar con la misma piedra.

Cierto que Jared tiene pinta de ser el típico chico malo pero no es así. A pesar de que tenga un piercing en la ceja, el brazo izquierdo lleno de tatuajes y casi siempre tenga entre sus dedos un cigarrillo, no quiere decir que sea una mala persona.

La Fantasia De Nuestros MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora