La habitación se encuentra en penumbras, solo se observa ciertas formas contorneadas por sus sombras, la poca luz del lugar es proyectada por el televisor, dejando ver a los dos jóvenes amigos tirados sobre el sofá.
Han pasado un par de horas, desde que están en esa posición, más pasaron haciendo zapping que mirando algo.
Hiroshi acaricia los cabellos de Daiki muy suavemente, él tiene la cabeza apoyada sobre su pecho, está con los ojos cerrados disfrutando las caricias. Repentinamente es asustado por un gruñido. La cara de Hiroshi está en blanco, súbitamente se incorpora y lo mira con una sonrisa.
— ¿Me parece o estás con hambre?
—Sí, un poco, al menos mi estómago me está avisando.
—Sí, la verdad yo también tengo un poco de hambre.
Hiroshi se rasca la cabeza recordando que no tiene nada en la alacena o en su heladera.
—Veamos qué podemos cocinar, debe haber algo en esta casa que podamos comer.
—Dale, dime qué tienes y vemos qué comemos.
—Tú quédate acá mirando tele un rato más que yo veo lo que hay.
—Bueno, avísame y voy a ayudarte.
Hiroshi se levanta desperezándose y se dirige lentamente a la cocina, observa hacia atrás, Daiki está atendiendo a la tele, apresura sus pasos casi corriendo, entra a revisar la cocina con desesperación en busca de algo que cocinar. Es inútil, no hay absolutamente nada.
La desesperación lo hace poner muy nervioso, empieza a comerse las uñas. «Es inútil voy a tener que salir a comprar algo, encima esta lluvia no para nunca, pero cómo hago, no quiero que piense que soy un desastre.»
Llena una olla con agua y la pone al fuego para disimular que está preparando algo. Se dirige a la sala con un plan infalible en la cabeza.
«Salgo por la ventana, voy corriendo al negocio, compro algo y vuelvo para sorprenderlo y que piense que lo hice yo, es algo fácil, no voy a tardar más de cinco o diez minutos, soy un genio...»
—Ya puse a cocinar algo, ahora voy al baño un rato.
—Dale, ¿quieres que controle la comida?
—No, para nada, tú quédate tranquilo que me encargo de todo.
—Como quieras.
—Dale, ya vuelvo.
Se va a paso apresurado, pero disimulado, llega a su habitación, sale lentamente por la ventana cuando recuerda algo. «Mejor me cambio de ropa, sino cómo le explico que está toda mojada. Ja, ja, ja... soy un genio del mal.»
Se cambia rápidamente, nuevamente se aproxima por la ventana, empieza a descender ayudándose con el caño del desagüe, cuando está a mitad de camino se resbala y queda prendido a centímetros del suelo. «¡Uff!, menos mal, casi me mato, la verdad no la pensé tan bien...»
Lentamente llega al suelo feliz por no caer, da un par de pasos, pega un resbalón de aquellos, cayendo sobre su espalda, quedando cubierto de lodo por todo su ser «Maldita sea, me tenía que pasar nomás, no importa ahora me cambio, debo correr al negocio...»
Al llegar a la entrada de la casa frena abrumante, cuando se da cuenta que Daiki podrá verlo por la ventana. Está obligado a pasar por entre las plantas de su madre, pasa en cuatro patas hundiéndose en la blanda tierra, golpeándose con todo tipo de ramas, repentinamente comienza a percibir un aroma nauseabundo, «snif, snif, ¿Qué es ese aroma? ...» se lleva la mano a la frente al recordar que está gateando sobre el fertilizante natural que utiliza su madre.

ESTÁS LEYENDO
Oscuro Amor - Finalizada
HorrorDaiki es un prolifero abogado que vive de forma algo egocéntrica alejado de la realidad. Un día recibe visitas inesperadas que le informarán de una tragedia, luego de la cual un simple objeto acarreará un sin fín de problemas sobre un pasado oscuro...