Se encontraban sumidos en sus propios pensamientos, sus ojos fijos en las estrellas que parecían brillar cada vez mas conforme los minutos pasaban, y quizás era la misma adrenalina del momento o la simple noción de que el tiempo parecía ser tan limitado antes sus ojos que hacía el momento tan único de una manera tan dolorosa y fascinante a la vez.
Jungkook, con su ropa blanca y su suave cabello marron ondulado cayendo sobre sus ojos, miraba con atención como pequeñas nubes obstruían su vista tan maravillosa y Taehyung a su lado solo se limitaba a cerrar los ojos, su cuerpo doliendo y su alma en pena haciendo que todo en el pesara, rehusándose a observar aquella luces que acompañaron su corta vida.
No sentía nada y por mas que deseara hacerlo su cuerpo no parecía ser mas que un repelente de emociones, pero cuando por fin logró aquello que tanto se le negó, cuando todo lo que estuvo alejando durante tanto tiempo tomó lugar en su corazón decidió romperlo, decidió que Taehyung capaz no era un ser digno de ser apreciado, de ser feliz, de conocer un sentimiento tan hermoso como el amor, entonces se lo arrebató.
La vida, aquella a la que fue condenado, le arrebató todo. Todo lo que creyó correcto, todo lo que le hizo sentir.
Y entonces el decidió ser nada, decidió pasar a ser parte del miserable aire que mantiene el alma en su cuerpo, y descubrió que no todos viven porque hay quienes se sienten muertos cuando aun respiran.
Jungkook a su lado solo se limitó a observar la ropa roja del mayor, viendo con dolor al extremo al que se vio forzado a llegar como para ver si cuerpo cubierto de aquellos tonos rojizos que se escapaban de sus brazos.
Taehyung no tendría que haber muerto, no tendría que haber arrebatado su vida de esa forma pero Jungkook lo cuidaría como siempre lo hizo luego de que su vida se dio por terminada después del accidente.
Entonces, con sus ojos húmedos observó el cuerpo inerte del mayor y como un leve lamento se escuchaba a lo lejos y justo ahí, entre el límite de la vida y la muerte, entre la fina línea que separa nuestro mundo del ajeno, pudo distinguir una figura vestida de blanco.
"¿Tae?" Preguntó el menor y la figura se volteó lentamente mientras sus pequeños ojos marrones se veían cubiertos de lágrimas, quizás arrepintiendose de tomar ese camino pero esos grandes ojos lo observaban con pena y admiración, amor reflejado entre sus facciones, Taehyung se sintió en paz.
"J-jungkook" y fue en ese entonces donde la muerte pasó a concretarse, donde la vida paso a ser muerte, donde pasamos de necesitar el aire a ser parte de él.
Y los dos chicos, almas en pena, presos de un mundo que les juró libertad y se las quitaba con amargura, tomaron sus manos. Con sus ropas blancas y el suave viento que ya no sentían, dejaron este mundo para pasar a encontrarse en el otro esperando un mejor futuro.
Y fue ese día, esa misma noche, que dos estrellas se crearon en el cielo y dos nombres fueron agregados al cementerio.
"Kim Taehyung y Jeon Jungkook, son los dos cuerpos encontrados al borde de la carretera sin signos vitales."
"Jeon Jungkook fue el conductor y se dice que murió al instante, Kim Taehyung fue encontrado con cortes en sus brazos por lo que se trata de un posible suicidio." Avisó el policía mientras los dos cuerpos eran llevados en ambulancia hacia el hospital.
