Naruto

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Hiruzen Sarutobi caminaba por un pasillo oscuro, en dirección al cuartel anbu, hoy como lo hacía cada mes desde hace 4 años iba a visitar a alguien muy especial para el, pero que por situaciones de la vida debía permanecer encerrado. Llegó al final del pasillo donde dos anbus resguardaban una puerta metálica, quienes al verlo hicieron una reverencia y sin girarse inyectaron chakra en dos sellos que desactivaba la seguridad del lugar, Hiruzen sabía que esto era una exageración pero ya había tomado decisiones muy a la ligera que le habían costado caro, ingresó a un gran salón sin ventanas solo los sistemas de ventilación y oxigenación, el cuarto estaba con una luz sumamente baja, esto para protección de la única persona al interior del cuarto, dentro del salón había un cuarto cerrado paredes de vidrio y varios sellos, el silencio del lugar fue interrumpido por las risas de un niño, se acercó al vidrió y recargó su mano sobre este.

-"Abuelito Hokage"- Hiruzen escuchó la voz alegre de un niño, solo podía distinguir una silueta en la oscuridad.

-"Hola Naruto, venía a ver como te encontrabas y ver si necesitas algo más"- este era el formato de sus visitas, conversar un poco con el niño, hacer una lista de las necesidades de este y después retirarse, el tener al niño en este lugar no fue algo que se le ocurrió solo porque si, sucedió un hecho muy grave que requirió tomar esta decisión tan extrema.

-"Abuelito, podemos salir a ver el mundo?"-y nuevamente esa petición.

-"Lo siento, pero no se puede, afuera es muy peligroso para ti y tus ojos"- el mantener al niño encerrado era para su seguridad, para el mundo el murió hace 4 años, junto a varios civiles por parte de ninjas renegados que se infiltraron en la aldea.

-"Estamos aburridos abuelito Hokage, y las pinturas se acabaron lo mismo que mis libros, además hace mucho que no nos traes ramen"- la voz de Naruto sonó triste, no sabía cuanto tiempo llevaba en este lugar, pero ya era demasiado para el, el niño miró a su costado y ahí estaba su único amigo del lugar que parecía ser que solo el lo podía ver, el señor Kurama era un zorro de nueve colas, era con quien más hablaba pero cuando entraban los anbus o el abuelito Hokage guardaba silencio.

-"Ya veo, haré que te traigan muchas más pinturas y más libros nuevos para que te entretengas, el ramen te lo puedo traer personalmente pero debes comer lo que te sirven los guardias, si no comes afectará tu salud"- Hiruzen estaba enterado que había días en que Naruto no comía nada, ya que el sabor de la comida no le gustaba y prefería morir de hambre aunque cuando era visitado por Anko, Ibiki o su anbu Yugao, comía todo sin resistencia alguna.

-"Cachorro muestrale tu dibujo"- habló Kurama a Naruto con una sonrisa inocente, Naruto emocionado se acercó al vidrió donde al otro lado se encontraba el tercer Hokage, este se impresionó por la velocidad en la que se movió, pero trató de mantener la calma.

-"Abuelito quiero que veas mi dibujo, puedes encender la luz y yo cerraré mis ojos"- Hiruzen suspiró, no perdía nada con ver el dibujo.

-"Está bien, pero cierra los ojos"- Hiruzen se acercó a la pared donde se encontraba el interruptor de la luz -"voy a encender la luz"- Naruto respondió riendo por la emoción, la luz se encendió y lo primero que vió fue a un niño de piel clara por la poca exposición al sol, un largo cabello rojo que parecía una  lengua de fuego que descendía por su espalda, al parecer estaba saludable, su ropa era un pantalón blanco tipo anbu y en la parte superior llevaba un kimono  del mismo color, estaba con los pies descansos, pero después vió el dibujo detrás del niño, su rostro se puso serio, este era el otro motivo por el cual se encontraba encerrado.

-"Está bien, pero cierra los ojos"- Hiruzen se acercó a la pared donde se encontraba el interruptor de la luz -"voy a encender la luz"- Naruto respondió riendo por la emoción, la luz se encendió y lo primero que vió fue a un niño de piel clara por...

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Al parecer la conexión entre Naruto y el kyubi estaba demasiado avanzada, dejar libre era poner no solo su seguridad en peligro, sino que también a la aldea, la matanza que se llevó a cabo hace 4 años fue gracias a que los aldeanos llevaron a un centímetro de la vida al niño, permitiendo que Kyubi aprovechara esa oportunidad para poder continuar con su trabajo, menos mal los afectados fueron los 40 civiles que querían matar al niño, sino para el bien de todos el niño ya estaría muerto.

-"Eres un buen dibujante Naruto"- comentó Hiruzen apagando la luz, y encaminándose a la salida.

-"Adiós abuelito"- se despidió Naruto volviendo a su lugar -"creo que al abuelito no le gustó nuestro dibujo señor kurama"- comentó desanimado, el zorro sonrió.

-"No es así cachorro, hay personas que no saben apreciar el arte, creo que es perfecto"- Naruto se sentó a un costado del zorro y cerró los ojos para poder dormir -"descansa cachorro pronto podremos salir"- pensó Kurama.

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