¹⁰

1.3K 135 6
                                    

-Entonces...¿No sabes dónde se encuentra TU propio novio?- preguntó nuevamente el castaño, recalcando la ante penúltima palabra con cierto tono burlesco.

Bien, estaba arrepintiendome de pedirle ayuda a Tony una vez más, pero después de ese pequeño y trabajador paseo, puesto que mi mente se uso más que nunca, recordé la existencia del de ojos marrones.

-Algo por el estilo. - el de gafas oscuras, rodó los ojos cuando reconoció esa clara burla. -...Me jodí, lo sé. ¿No puedes ayudarme? La última vez que vine, dijiste que el mocoso había hablado contigo antes de que desapareciera. -

Al final, luego de unos largos y tensos minutos de silencio, Stark se atrevió a responderme.

-No sé dónde está en estos momentos. Hablamos, sí. - afirmó, tomando una dona de glaseado sobre la caja frente suyo. -Pero nunca dijo dónde iría. Sabes cómo es. Un espíritu libre. - continuó, dándole un mordisco al dulce, mientras pensaba que debería ir a algun teatro por la buena actuación que hacía para evitar reírse.

-¡Oh vamos!- se quejó como respuesta, pareciendole inútil todo lo que su amigo decía. -Solo quiero hablarle, aunque sea una ú-última vez. - pidió, recostandose en la silla junto al largo suspiro que le acompañó. A Tony le preocupó verle así, pero debía seguir.

-Legolas, cálmate. Primero, no sé dónde está, ¿Okey? Y segundo, eres su pareja, tú más que nadie debería saber dónde se está. ¿Seguro que no fue secuestro?- le observó, alzando una ceja mediante analizaba con la mirada al rubio frente suyo.

-Que no, Stark. Si fue un secuestro, fue uno horrendo, ¿Quien se lleva todo y no deja una puta nota de rescate?- respondió, con una clara frustración en sus palabras. Si supieran cuántas veces tuvo que oír esa pregunta. -No tengo nada que hacer aquí. De cualquier modo, gracias por responderme eso, Tony. - hawkeye se levantó del cómodo, estaba enojado, sí, pero no era un maleducado y menos con alguien que dignaba a ayudarle de algún modo.

Iba a irme, supuse que no teníamos nada más que decir, ya que después que haya dicho eso, él quedó en completo silencio.

Me encaminé al ascensor del lugar, dispuesto a apretar el botón para irme y continuar con esto por si solo, pero su voz detuvo todo solo para prestarle atención a lo que diría.

-Cuando hablamos nunca mencionó que tuviera algún amorío. Francis, parece que después de tantos años en una relación con Pietro, no lo conocieras del todo preguntándote eso. ¿Realmente desconfías de tal manera de él?- el ex playboy cruzó sus piernas, siendo notable el entrecejo fruncido que tenía mientras decía aquello. Sin embargo, no obtuvo respuesta alguna del contrario. -Adios, Barton. -

Al fin y al cabo, me fui de allí sin respuesta, pero si con el combo de un gran descontento y un genio multimillonario decepcionado.

SESENTA DÍAS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora