XIII. DUELO

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Cuando llegué a la fundación Katiuska me esperaba en la puerta, estaba descompuesta, angustiada.

-¿Qué pasó?- pregunté sin siquiera saludar

- Está muerto, sobredosis- me informó sin prepararme.

Quedé paralizado, no supe que decir, me dolió, no pronuncié palabra, no podía, ella prosiguió:

- Tu sabes que la fundación trata de proporcionar entierros dignos a los miembros de nuestra comunidad que mueren y nadie reclama sus cuerpos, a Chanyeol lo encontraron en una pieza de mala muerte, una residencia, cuando nos enteramos del caso alguien de la fundación acudió para realizar los trámites correspondientes al sepelio y entre sus billetera encontraron una tarjeta del bar donde estaba mi teléfono, como me conocen en la fundación y saben que administro FIRE, me llamaron- explicó entre sollozos.

- ¿Dónde está? quiero verlo- Tenía que ser un error.

-En el anfiteatro, preparándolo para los servicios fúnebres.

Ella me guío, yo caminaba detrás a pocos pasos como muerto en vida, un hombre vestido con bata médica y tapabocas, me detuvo.

- ¿El quién es?- le preguntó a la travesti.

- Su familia - respondí, sin permitir que nadie lo pusiera en duda.

Unas enormes puertas metálicas custodiaban la entrada a la sala, se podía oler el formol que conservaba los cuerpos, entré, ella permaneció detrás, a unos cuantos pasos y ahí lo vi.

Sobre una camilla metálica cubierto por una sábana, solo su cara estaba visible, me acerqué, era él, no cabía duda, sin embargo lucía pequeño, como si se hubiera encogido estaba en los huesos, se veía tan delgado, tan demacrado, sus ojos cerrados y tenía un color extrañamente grisáceo.

Traté de tomar su mano, pero estaba rígida, helada, me impresioné y la solté, como me desgarro verlo así, Chanyeol, tenía solo veinticuatro años.

Mi amiga, se acercó a mi, se mostró más preocupada.

-Kyung - continuó Katiuska.- Chanyeol había sido diagnosticado con sida.

Eso quiere decir que cualquiera de nosotros podíamos tenerla, todos podíamos estar enfermos, no le contesté, solo me preocupaba mi amigo en ese momento, lo demás podía esperar.

-Katty, yo me ocupo de los gastos del entierro, quiero que le consigan lo mejor- le solicité.

Ella afirmó en silencio, luego nos retiramos del lugar, me puse a llorar caí sentado contra la pared, no podía levantarme, ella me acompañó, me reconfortó un poco.

Sin levantarme del suelo, busqué mi celular en el bolsillo y le marqué a Jongin, reconoció mi número y me contestó presto, noté su emoción, yo desfallecí al oír su voz.

-Aló, Kyung- contestó apresurado

-Hola- le dije, no sabía como contarle

-Estaba esperando que me llamaras te demoraste - afirmó seguía contento.

Yo permanecí en silencio, no era capaz de decir nada.

Lo escuché suspirar.

- Te he pensado, tanto, no te imaginas, ha sido un tormento, me haces demasiada falta...

El también, me hacia falta, no podía olvidarlo, sin embargo reuní fuerzas y le dije:

-No te llamo por eso- dije cortándolo- debes volver, ha sucedido algo.

De nuevo comencé a llorar, Jongin lo notó.

- ¿Kyung qué pasa?- preguntó angustiado- ¿estás bien, te pasó algo, que necesitas...?

Hijos del Pecado [KAISOO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora