Mew y Gulf sonrieron ante la reacción de sus amigos.
Escucharon la porra detrás suyo. Veían como ambos—juntos—se alejaban del tumulto de gente.
Mew sintió la mano de Gulf tomar la suya. Entrelazaba sus dedos y tiraba de su brazo para que lo siguiera.
Mew no necesitaba que su bello Nong lo tomara de la mano para seguirlo hasta el fin del mundo. Sin embargo, la vida le estaba dando la oportunidad, así que el castaño apretó fuerte esa mano que jamás dejaría ir.
El pelinegro volteó su rostro hacía él mientras seguían avanzando a quien sabe dónde. A Mew no le importaba mucho. Prefería concentrarse en esos grandes ojos oscuros que lo miraban con una sonrisa traviesa, esa sonrisa que sólo Gulf sabía hacer.
Dios, le provocaba cosquillas en el corazón.
—P', sígueme.–Gulf lo dijo con voz aterciopelada. Y cómo si estuviera hechizado, Mew obedeció sonriente y sintiendo el tacto de los dedos ajenos entre los suyos.
Gulf los llevó al estacionamiento donde habían dejado el auto. El más joven abrió la puerta del asiento trasero como si todo lo tuviera pensado.
—¿Te sientas conmigo?–Mew sólo vio cómo su Nong se metía al auto y casi podía jurar le coqueteaba desde dentro.
En automático su cuerpo reaccionó, y sin darse cuenta, el castaño se metió al auto para sentarse junto a Gulf.
—Espero no te moleste que sea en el auto, pero... realmente no creo que alcancemos a llegar a otro lado sin que esto suceda.
El pelinegro rodeó con sus manos y con recelo la nuca de Mew. Ante los ojos abiertos de su mayor fundió sus labios en uno mismo, como si su vida dependiera de ello.
Mew, por instinto, sujetó la cintura de Gulf con fuerza acercándolo de un estirón. El menor respondió con un jadeo a la acción.
Era electrificante. Los besos del pelinegro siempre eran adictivos. Pero en este momento, Dios, en ese momento; estando encerrados entre las puertas de un carro, casi sin luz, sin cámaras, sin staff, sólo ellos escuchando sus bocas húmedas y gruñidos. Era demasiado, era casi erótico el sonar de sus ropas unas contra otras.
Y a Mew le encantaba.
Los labios de Gulf, perfectamente abiertos para él, rozaban contra los suyos. No eran besos como los que se daban en las grabaciones, donde tenían que cuidar el maquillaje, la estética y una buena toma.
Aquí una buena toma era lo que menos importaba. En el beso había hambre y Mew lo sentía hasta lo más profundo.
¿En qué momento una de las manos de Gulf había ido por debajo de su camisa? No lo sabía. Entre la lengua del menor que podía sentir jugando con la suya y sus gemidos ahogados entre besos, ya no captaba bien señales externas. Y carajo, la pregunta correcta era porque no tenía ÉL su mano bajo la camisa de Gulf.
Sin dejar de conectar sus bocas pasó su mano por debajo del frente de la camisa ajena. Se dio la libertad de sentir todo el torso en el que tantas noches había pensado, finalmente apretando donde empieza la cadera. El pelinegro se tensó y soltó un quejido que fue callado a más besos si era posible.
—Ah, sí... q-quiero escuchar más de eso.–dijo el castaño casi en un gruñido. Gulf no sabía si Mew lo había dicho con intención o empezaban a salir sus pensamientos a flote.
Porque justamente eso era lo que quería.
Mew fue bajando lentamente por su mandíbula, dejaba pequeños roces a lo largo de su cuello. Gulf temblaba por el contacto y levantaba su rostro en automático para dejar a su P' llegar a donde quisiera.
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Después del Beso
Fanfiction🤍Fanfic MewGulf🤍 Continuación y capítulo final después de "Toma si...". "-𝐸𝑠𝑝𝑒𝑟𝑜 𝑛𝑜 𝑡𝑒 𝑚𝑜𝑙𝑒𝑠𝑡𝑒 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎 𝑒𝑛 𝑒𝑙 𝑎𝑢𝑡𝑜, 𝑝𝑒𝑟𝑜... 𝑟𝑒𝑎𝑙𝑚𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑛𝑜 𝑐𝑟𝑒𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑙𝑐𝑎𝑛𝑐𝑒𝑚𝑜𝑠 𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑟 𝑎 𝑜𝑡𝑟𝑜...