Capítulo 11: Sin red

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-No dé un paso más señor Benavente o me veré obligada a disparar – la inspectora amenazaba a Polo con la pistola, estaba nerviosa y lo que mas nervios le provocaba era ver la tranquilidad del chico.

-Cuando alguien le saluda inspectora es de buena educación responder al saludo, francamente me siento un poco menospreciado al ver que no cuida esos pequeños detalles conmigo – Polo se encendió un cigarro y empezó a fumar, apoyándose en una máquina, sin mostrar ningún mínimo miedo pese a estar apuntado con un arma por su acompañante.

-Suelo mostrar respeto ante la gente que lo merece.

-Inspectora porque no baja el arma, estoy desarmado, y es tan sorprendente que este en este sitio abandonado como usted, por lo tanto, no entiendo esta agresividad contra mí.

-Pensé que la cárcel le haría reflexionar, pero veo que lo ha convertido aun en peor persona de lo que era. No lo entiendo señor Benavente, tiene toda la vida por delante porque no se dedica a rehacer su vida y deja en paz estas chorradas.

Polo suspira mientras da una calada larga y pausada a su cigarro.

-Sabe inspectora, yo tenia sueños, iba a estudiar en Nueva York, quería ser un gran empresario del mundo de la moda, como mis madres sabe. Tenia una novia marquesa y mis planes eran casarme con ella. Tenía 2 amigos desde la infancia, íbamos a ser los putos amos de esta ciudad con nuestros masters y nuestras grandes multinacionales, lo tenia todo, tocaba el cielo con la punta de las manos y entonces aparecieron los becados. -sonrisa y calada, Polo miraba a un lado perdido en aquella fabrica, incluso la inspectora veía como su cara cambiaba según de lo que hablaba- Esos idiotas...no pertenecían a nuestro mundo sabe. Lo primero que hizo uno de ellos fue quitarme a mi chica, imagínese inspectora, la chica a la que mas has cuidado del mundo te pega una patada por el primer yonki de tres al cuarto que ve por la calle, ahora por desgracia solo lo vera en una puta silla de ruedas.

La inspectora viendo a Polo despistado intentaba contactar con Gómez.

-Pero bueno que te levanten a la novia tampoco es tan grave no, al fin y al cabo ese niñato era un capricho, seguro que al final ella hubiera entrado en razón. Pero entonces apareció el criminal, el verdadero criminal y robo un reloj ese puto reloj, ¿pero claro esa parte de la historia a su amigo Samuel se le ha olvidado contársela verdad?

-¿De que reloj habla?

-Era un reloj que pertenecía a la familia Rosón Caleruega, en su interior había mucha información, muchísima, que comprometía a Teo Rosón. Evidentemente cuando yo confesé y por venganza contra su padre le trajeron toda esa información sobre la corrupción que había realizado el señor Rosón, pero no le contaron que el hermanito de su amado Samuel, Nano, lo robo. Tampoco le contaron que intentaron ambos chantajear al señor Rosón y por supuesto no le contaron que ese reloj acabo en manos de Marina Nunier.

-Fue por eso...-la inspectora lo miraba incrédula- por eso la mato...no fue una simple perdida de nervios...

-Bien inspectora, veo que sabe relacionar conceptos, efectivamente, la mate para recuperar el reloj y por eso fui encubierto por la familia Rosón durante tanto tiempo, hasta que el hermano del ladrón decidió que yo debía pagar, básicamente porque inculpo a su hermano, sino ya le digo yo que no hubiera movido un dedo para descubrir la verdad.

-Porque no conto todo esto en su momento señor Benavente, porque dijo que habían discutido y había perdido el control, eso hubiera ayudado en su defensa.

-Tenia un trato con el señor Rosón inspectora lo que ni él ni yo sabíamos es que su hijita iba a ser tan zorra de dar toda la información del reloj para vender a su padre, y entonces mi soporte se hundió y me dejo sin red hacia la cárcel.

Élite: Toda una vidaWhere stories live. Discover now