Parte única ❤

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Taehyung se consideraba una persona mañanera. No era una sorpresa encontrarlo temprano sentado en su pupitre mientras esperaba pacientemente a que las clases iniciaran, a veces, leyendo un libro que cambiaba cada semana.

Pero últimamente el sueño no lo dejaba cumplir con su rutina, obligándolo a llegar 10 minutos antes de que el timbre sonara.

¡Diez minutos antes!

Quedarse viendo series hasta tarde tal vez no valía la pena.

La luz del sol golpeó sus ojos, sacándole un gruñido. Se volteó dándole la espalda a la ventana y luego, cubrió su cabeza con una almohada, sabiendo que su alarma sonaría en los siguientes segundos.

La apagó antes de que el ruido molesto sonara y le robara el sueño. Miró la hora en el reloj y se decidió a dormir unos 10 minutos más. Si se quedaba dormido su madre sería la encargada de levantarlo, como últimamente hacía.

Y como si sus pensamientos fueran mágicos, la voz de su mamá llamándolo llenó la habitación.

-Kim Taehyung ¿Sabes qué hora es?-se quejó su progenitora.

-Bueno día para ti también-saludó aún cansado.

-Levántate, te quiero en 15 minutos en el comedor-dicho eso, cerró la puerta, dejando a Taehyung refunfuñando.

Caminó a pasos perezosos hacia el baño para realizar su aseo diario. Una vez listo, se dirigió a su armario, cogiendo no tan cuidadosamente su uniforme. Luego se reprocharía por arrugar su camisa.

Bajó lentamente las escaleras, encontrando a su madre colocando unos platos en la mesa. Cuando ella captó su presencia le ordenó sentarse.

Desayunaron juntos, cada uno metido en sus pensamientos.

Una vez terminado, Taehyung estuvo dispuesto a levantarse y ayudar a su madre con el servicio, mas ella lo detuvo antes de que pisara la cocina.

-Se te hace tarde, deja que me encargue-se ofreció, quitándole los platos que sostenía en sus manos.

-Pero puedo ayudarte.

-Solo ve, cariño-besando su mejilla, lo empujó hacia la puerta-¡Ten un buen día, bebé!-gritó, agitando la mano cuando su hijo estuvo a una buena distancia, y a su vez llamando la atención de algunos vecinos.

-¡Mamá!-reprochó sonrojado, mas su madre había cerrado la puerta.

Caminó con la cabeza gacha, ignorando las miradas divertidas de algunas señoras que habían presenciado y escuchado la escena.

Ese iba a ser un largo día.




[...]




Una vez llegado a su salón, se encaminó a su pupitre y se dejó caer en la silla. Tiró su mochila a un costado, dispuesto a tomar una pequeña siesta en el tiempo que faltaba.

Sus planes se vieron interrumpidos cuando su vista se enfocó en una pequeña nota de color rosado pastel que se encontraba pegada perfectamente en el centro de su mesa.

Miró a su alrededor, confundido ¿Qué hacía esa nota ahí?

Con un poco de duda, tomó el papel para leer su contenido.


"Sé que no me conoces, por eso te contaré de mí.

Tal vez tengamos más cosas en común de lo que piensas.

Entre Notas / O.S VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora