❣La cabaña❣

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La tarde del viernes pasaba demasiado lento, cada vez que miraba el reloj sólo habían pasado cinco minutos, si es que tenía suerte, porque a veces, no había dejado pasar ni un minuto y miraba nuevamente al artefacto que se encontraba detrás de él. El programa en la televisión no era tan entretenido, pero era el único canal que lograba llegar hasta las antenas receptoras, no había internet, no había radio, lo habían castigado sin su teléfono móvil, no había revistas, no había nada con qué entretenerse.

Sólo eran él y la naturaleza.

De haberse portado mejor la noche anterior, ahora estaría con sus amigos hablando de cualquier cosa, jugando quizás algún juego de mesa, molestando a alguno de sus compañeros en la cabaña, todo era mejor que estar ahí solo, en la cabaña del castigo -como lo habían llamado los instructores-, lejos de los demás campistas e instructores.

Su madre lo había mandado a ese campamento de verano porque decía que le haría mejor un aire fresco, lejos de la ciudad donde todo se movía más rápido, sin embargo, Seungcheol estaba pasándola mal. No es que no se llevara con la naturaleza, simplemente era demasiado desastroso como para comportarse bien.

Los chicos podían usar sus teléfonos durante la noche, después de la cena, pero a él se lo habían quitado por el mal comportamiento que tuvo en la última actividad del día. Así que él no podía llamar a su madre y quejarse por lo que estaba pasando, debía soportar el largo día que no avanzaba ni en lo más mínimo.

La puerta de su cabaña fue tocada, se sentó en el sillón donde estaba recostado y miró a quien abría la puerta.

—Hola Seungcheol, ¿ya aprendiste tu lección?— dijo Wonwoo al entrar.

—Si, si, lo hice— dijo con un poco de desesperación al ponerse de pie y acercarse al mayor.

Wonwoo levantó las cejas y miró a la televisión que estaba encendida —creí que te habíamos dicho que sin nada de televisión.

—Y-yo...— había olvidado apagarla en cuanto escuchó que la puerta fue tocada. No entendía porque había una ahí, si se supone que no debía usarla.

—Iba a decirte que regresaras a tu cabaña, pero sigues sin obedecer las reglas, así que te veré mañana en el desayuno.

—¿No iré a cenar?

WonWoo negó con la cabeza —alguien te traerá la cena en un rato más. Y me llevaré esa televisión.

—No, por favor, Wonwoo, no lo hagas— suplicó juntando sus manos y pegándolas a sus labios.

El programa que estaban pasando era un documental que hablaba sobre la fauna de los alrededores, así que Wonwoo pensó que no sería tan malo que aprendiera un poco de ello. —Está bien— suspiró y salió de la cabaña.

—Gracias— dijo antes de cerrar la puerta detrás del mayor.

Aunque el tiempo siguió pasando con la misma lentitud, el cielo comenzaba a oscurecerse, siendo suficiente para que alguien tocara la puerta y Seungcheol pudiera convivir con alguien más aunque fuesen cinco minutos. Corrió a abrir la puerta, arrepintiéndose de no ponerse una camisa, pues aunque el interior estaba cálido, la noche comenzaba a ponerse fría.

—Hola, bonito— dijo con una coqueta sonrisa.

—No me llames así— dijo Jihoon entrando a la cabaña, sus mejillas se enrojecieron ligeramente y bajó la cabeza para no ser descubierto mirando el cuerpo bien trabajado de Seungcheol.

—¿Comerás conmigo?— preguntó cerrando la puerta al ver que el más bajo llevaba en las manos una bandeja con dos platillos y dos bebidas.

Jihoon estaba arrepintiéndose, pero ya no había marcha atrás —creí que necesitabas algo de compañía, dijeron que alargaron tu castigo— contestó sin mirarlo, mientras acomodaba las cosas en la pequeña mesa.

La cabaña [JiCheol • One Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora