-Me siento mal… como… vacío.
En un día común de primavera, es normal ver las calles llenas de pequeñas flores de cerezo, alumbradas por la calidez de los rayos dorados de un sol de abril. El pavimento yace tibio y los autos van de aquí para allá, en movimientos sincronizados de la caja de cambios y las luces cambiantes de los semáforos.
Seúl está llena de ruidos sordos y de suspiros escandalosos y de amantes y de flores. Muchas flores.
Kai no es un tipo profundo. No es moralista, no es novelista, no es poeta; sin embargo hoy es uno de esos días en los que luego de su expresso matutino y el aburrido viaje en tren, llega a su florería favorita y el sentimiento filosófico nace en la boca de su estómago y sube como la marea por su esófago, atorándose en su garganta, hasta que es incontenible y necesita hablar.
Ha sido un mes ya, desde que esas mismas palabras salen entre suspiros de sus labios y el florista está acostumbrado a los ojos tranquilos de mirada perdida, que tiene Kai cuando suspira. Eventualmente el florista sonríe, porque Kai es tierno cuando esta así.
-Vacío… ¿Cómo una botella sin agua?
Así ha sido desde finales del invierno. La rutina ha vuelto esta situación divertida, cuando el empresario llega, suspira, habla al viento y Kyungsoo escucha, procesa y mientras arregla un ramo de narcisos y tulipanes, habla. Cualquiera que viera a Kai, vestido con su traje elegante y su postura firme al caminar y el suave contoneo de sus caderas, pensaría de todo sobre él, menos en que el moreno, actualmente, se cuestiona por los vacíos existenciales. Es extraño y lindo. Muy lindo.
La primera vez que Kai entró a su tienda, fue a finales de febrero y por el rostro que llevaba ese día, Kyungsoo podría asegurar que lo que veía era un muerto viviente. El tipo de ojos oscuros y piel teñida, caminaba de manera lenta por el corredor del lugar y de vez en cuando suspiraba, mientras miraba las flores.
“Me siento vacío…” Esa fue la primera frase que dijo y desde ese momento el florista decidió que lo haría hablar más, pues su tono de voz era bajo y suave y hermoso. Si, hermoso. “Tal vez un ramo de margaritas te anime un poco.” Y entonces notó que el hombre también tenía una bella sonrisa, cuando levantó el rostro y lo miró con sorpresa, como si no hubiese notado que había alguien más allí. Él sonrió y Kyungsoo también. “Podría ser.”
-¿Cómo le llamarías a ese vacío?
El paseo entre las flores es lento y tranquilo, dejando que sus pulmones se llenen con el aroma de las rosas y la lavanda. Kai tiene el ceño fruncido y Kyungsoo le sonríe, dejando de lado el ramo de flores y apoyando los codos en la registradora, sin salir del mostrador. Puede tomar un pequeño descanso mientras habla con Kai. Hoy no es un día muy agitado de todos modos.
-La botella no está vacía… es aire. Está llena de aire.
El ritmo lento de sus pasos se detiene y se acerca al mostrador.
-No estoy lleno de aire.
Se detiene frente a Kyungsoo y ladea un poco la cabeza, con la traicionera confusión decorando su mirada. El florista sonríe.
-No. Estas lleno de carne y huesos y sangre, también cierta cantidad de aire en tus pulmones y muchos pensamientos en tu cabeza.
Kai no entiende a dónde va la conversación y siguiendo la postura de Kyungsoo, él también se reclina sobre la registradora y lo mira a los ojos. Directamente. Cerca, muy cerca.
-Siento una clase de vacío extraña. Estoy vacío y pesado a la vez. Siento la boca seca y el estómago revuelto… y te juro que si no fuera porque mi corazón se me desboca en el pecho, diría que estoy muerto y soy un cadáver que deambula.
El moreno se ha sincerado por primera vez y todo lo que dijo, sonó más extraño aun que cuando lo estaba pensando. Sus mejillas le arden y no entiende porque, así como tampoco entiende porque de repente le tiemblan las rodillas o porque el latir errático de su corazón. Kyungsoo lo mira un momento, lo envuelve en la calidez de su mirada, esa a la que no parece escapársele nada y Kai se pierde un poco en sus pupilas, mientras alza una ceja inquisidora. El florista sonríe.
-Alguna vez me dijeron que el amor es el vacío del cuerpo y la llenura del alma.
Lo último que Kai hace es parpadear, antes de sentir un par de labios suaves acariciando los suyos y solo por instinto cierra los ojos, mientras escucha los latidos ajenos o los suyos propios o los de ambos. Quizás. El roce no dura más que unos cuantos segundos y no saben si llamarle beso o no, pero ambos se miran con cautela y Kai es el primero en sonreír.
-Bueno… entonces estoy enamorado.
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Filosofía Floral
FanfictionPorque Kai se siente vacío... y Kyungsoo tiene el remedio exacto para eso~ Otras publicaciones: http://amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=130348#sthash.4jX000Cr.dpbs / http://failure-xo.livejournal.com/#asset-failure_xo-1611