El hombre que no podía hacer nada.
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Hacia mucho tiempo atrás, un hombre de nombre José de los Valles, alguien encantador y sumamente bello nació. José era muy popular de entre todas las personas pero había algo que el deseaba mas que su popularidad, un don. Su belleza era considerada por la gente del pueblo como algo espectacular, era el hombre mas envidiado de Roseville pero el no pensaba lo mismo. Todos le sonreirán sin siquiera conocerlos, incluso las personas que el odiaba lo amaban, pero todo era debido a su belleza no por el verdadero José, si no por su físico.
José siempre estaba en las calles, caminando, viendo como las personas trabajaban, estudiaban, incluso acudía al mercado para ver como todos realizaban distintos labores, pero al final del día siempre estaba solo. A pesar de que era como un ídolo en Roseville, el no pensaba de la misma manera, “esas sonrisas falsas” decía el, “no me sirven ni me alegran para nada”. Más que su propia belleza José admiraba los lazos humanos, el siempre estuvo cautivado por la belleza de los sentimientos, de el esfuerzo, del amor, del respeto, de la amistad, incluso una vez exclamo “El odio y resentimiento, son sentimientos malvados, pero que solo una persona que supo amar podrá sentirlos”.
José era hijo único, vivía en una casa alejada del pueblo, su padre lo abandono junto a su madre, mujer que años atrás murió de enfermedad. José era alguien que vivía de los demás, por la belleza que el mismo despreciaba, podía comer, vestir y vivir tranquilamente sin tener que trabajar. Todos los aldeanos siempre lo miraban con gran afán y sentía como con tan solo estar presente en algún acontecimiento, todos podían sonreír y reír alegremente, pero el aun rodeado de un mar de personas podía sentir la soledad.
Aunque tuviera muchas personas que estuvieran dispuestas a hacer cualquier cosa por el, no podía más que sentir tristeza porque el no podía hacer nada por nadie y mucho menos por el mismo. Desde siempre fue torpe y descuidado y sin nadie para guiarlo y corregirlo se fue alejando del sentido común y fue perdiendo algo valioso, el espíritu de querer hacer algo. Sin deseos de querer hacer algo vive día con día esperando a que llegue una luz que lo salve e inspire.
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El hombre que no podia hacer nada
Short StoryLlega ese momento en el que nos preguntamos ¿Hago lo suficiente? ¿Esta bien que yo viva? Preguntandose a si mismos, cada uno de nosotros continuamos con nuestras vidas; tomando decisiones, cometiendo errores, perdiendonos a nosotros mismos, tomando...