Perfecta Casualidad (CAMREN)

Capítulo 40.

CAMILA POV.

Las lágrimas no dejaban de salir. Debí decirle todo desde el principio pero mi miedo fue más grande. Ahora dejé ir al amor de mi vida, no sabía si habría otra oportunidad para nosotras porque ahora yo lo había cagado todo. 

La fiesta había acabado hace unas horas y me disculpé mil veces con Ally. Ella habló con Ariana y ella me pidió disculpas también porque ella no estaba enterada de nada. Y no la culpó tampoco, la culpa de todo esto siempre va a ser mía.

Lo que más me dolía era ver a mi hija, Karla había llorado cuando Lauren se fue porque ambas le habíamos prometido que llegando de la fiesta veríamos una película y lamentablemente no pudimos hacerlo. Le rogué mil veces que yo la vería con ella pero negaba y lloraba que quería verla con Lauren. Debía hablar con ella y explicarle todo lo que pasó y mis razones por las cuales no le dije pero ahora analizando la situación, no sé por qué lo hice. ¿Por qué actué tan estúpidamente? Lauren y yo teníamos la vida perfecta y ahora se nos jode todo por mi culpa. Juntas pudimos criar a Karla y yo la prive de todo eso.

¿Qué pasaría ahora?

Por ahora necesitaba dormir, si pudiera claro.

Mis amigas me habían dicho que querían quedarse conmigo pero no lo permití, las amaba pero quería estar sola por ahora. Necesitaba pensar que es lo que iba a hacer.

Camila: Sé que soy la última persona que quieres ver pero quiero y necesito que hablemos, déjame explicarte como fueron las cosas, por favor. No me dejes sin saber lo que en verdad pasó mi amor, nos alejamos unos años porque no te deje que me explicaras, no hagas la misma estupidez que yo hice y déjame explicarte por favor.

Perdóname, te extraño.

Después de mandar el mensaje caí profundamente dormida. Al despertar al siguiente día, Karla no estaba a mi lado como casi todos los días donde se iba hasta mi cama todos los días o no me desperté por sus gritos como solía hacerlo para despertarme. Quizás porque era muy temprano. Fui hasta su habitación y ella seguía profundamente dormida y no dejaba de sujetar su oso de peluche que le había regalado Lauren hace unos días. Tapé su cuerpo y la dejé descansar un poco más, tenía que ir a trabajar y cuando saliera iba a ir a buscar a Lauren. Entré a la ducha y dejé que mis músculos se relajaran. Se me venían tantos recuerdos a la mente, cada espacio de mi casa me recordaba a Lauren y la ducha era uno de los lugares más marcados por ella. Nuestras duchas donde la mayoría de las veces eran usadas para una cosa más.

Flashback.

—Se quedó dormida cuando le estaba contando el cuento —Lauren entró a mi habitación quitando sus zapatos porque era sábado y se iba a quedar a dormir.

—Le gusta mucho tu voz, dice que haces los sonidos de los animales y eso le gusta mucho.

—Amo a Karla, pero amo mucho más a su mamá —se subió encima de mí y me empezó a besar el cuello. Sus manos acariciaron mis hombros por encima de la ropa y poco a poco desabrocho la camisa que yo llevaba. Sus besos bajaron hasta mis pechos que ahora sólo los cubría el sujetador negro que llevaba.

—Para —le dije pero no me escuchó —Amor...

—¿Por qué quieres que pare?

—Debemos ducharnos.

—¿Estás diciendo que apesto?

—Sí, vamos —la quité de encima de mí y salí corriendo al baño donde una vez que entré, sentí sus dos brazos encima de mi abdomen y como me pegaba a ella. Sentí sus senos rozar con mi espalda y no me sorprendía la velocidad con la que se desvistió.