Capítulo 11 "Fiesta Sorpresa"

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Al final ha llegado el maldito día. Hasta he pensado en fingir un accidente en el gimnasio para evitar asistir a la cena que Baek ha organizado para su novio.

Kyungsoo va sentado a mi lado en silencio mientras conduzco. Me ha sorprendido una vez más, porque en vez de aparecer todo peripuesto, ha optado por un sencillo traje semi-informal y zapato plano. Todavía me siento intranquilo y no sólo por la noche a buen seguro edulcorada que me espera, sino porque sigo sin saber cómo tratar a mi acompañante.

Lo curioso del caso es que hemos pasado alguna noche más juntos, pero no revueltos. Otra novedad en mi vida, pasar tanto tiempo con la misma persona, desearlo, porque las ganas de follármelo no se me pasan, pero ser capaz de estar sentado a su lado en el sofá, soportando lo de las palomitas y su cuestionable gusto cinematográfico. Eso me tiene confundido.

Kyungsoo no muestra ningún interés en seducirme y yo contengo a duras penas mis ganas de tirármelo. Charlamos, él me cuenta anécdotas de su trabajo en la revista y yo busco excusas por no haber escrito el artículo al que me comprometí bajo coacción.

—¿Algo que debería saber sobre tus amigos? —me pregunta cuando termino de aparcar.

—Bueno... Baekhyun es nuestro chef. En la cocina no tiene rival, pero es un pelín ingenuo, romántico perdido y cree en el amor para siempre, de ahí que haya hecho unas cuantas estupideces por su novio —le explico haciendo una mueca.

—¿Te parece mal?

—Pues sí. No merece la pena tanto esfuerzo por una relación, cuando son dos personas tan distintas. Tarde o temprano todo se irá al carajo y entonces vendrán los llantos.

—Qué cínico.

—Realista. Además, sé que eres divorciado, así que no te rasgues las vestiduras explico, porque no tiene sentido fingir que no conozco su historia, aunque no haya salido el tema durante nuestras conversaciones.

—Háblame de él.

Su poco o nada sutil cambio de tema hace que sonría con disimulo. Cierro el coche y me guardo las llaves en el bolsillo. Él camina a mi lado hacia el ascensor para salir del parking.

—Chanyeol es un tipo introvertido, educado. A priori poco o nada parecido a él. Guapo. —Esto último lo digo en tono sarcástico.

—Hummm, interesante —dice, supongo que para pincharme—. ¿Y el resto?

—Heechul, el amiguito de Baekhyun. Peligroso. Entrometido. Intentará sonsacarte.

Yoona, la hermana, mucho más inquisitiva. Me tirará los tejos, pero en el fondo es buena persona...

Sonríe y camina a mi lado. No nos tocamos. Termino de hacerle un resumen cuando llegamos al Exodus. Entonces me detiene y me mira a los ojos.

—¿Cómo vas a presentarme? Lo pregunto para no meter la pata y, seamos sinceros, yo también me he informado y sé que por normal general vas acompañado de modelos.

Así, por las buenas, me ha devuelto la pelota. Por lo visto la señora Choi no ha perdido el tiempo y lo ha puesto al tanto.

—¿Te parece bien como un amigo?

Me pone morritos, se ríe y al final asiente.

—Vale —susurra, alisándome las solapas de la chaqueta. Empujo la puerta y le cedo con galantería el paso.

—Ya era hora —me dice Baek, acercándose para darme dos besos. Mira a Kyungsoo, intuyo qué está pensando y los presento.

Pasamos al comedor, donde todo está dispuesto de forma diferente a la habitual. No veo por ninguna parte al homenajeado, así que me acerco a Baekhyun para informarme y él me explica, todo resuelto, que se ha inventado un ardid para que Chanyeol aparezca si sospechar nada. Por cierto, en su artimaña yo quedo como el malo de la película, ya que, como encargado, figura que lo estoy obligando a trabajar en su día libre para atender a unos clientes ricos.

—Gracias —le suelto con sarcasmo.

—Vaya, por lo visto eres el jefe cabroncete —susurra Kyungsoo divertido a mi lado.

—Bah, no es tan fiero el león —interviene Baekhyun.

—Hijo mío de mi vida, sigues estando tan bueno como siempre —comenta Yoona mirándome el trasero. Como su marido está por ahí cerca se comporta medianamente tranquila. Se fija en mi acompañante y le suelta—: ¿Verdad que sí?

Kyungsoo, en vez de pararle los pies, se coloca a mi espalda y, tras evaluarme, dice:

—No está mal. Aunque los he visto mejores. Y los tres estallan en risas.

—Y dime, Kyungsoo, ¿en qué trabajas? —pregunta Yoona.

—En la revista Secrets —respondo yo por él, lo cual no parece hacerle mucha gracia y me doy cuenta de que me he dejado llevar por la costumbre cuando voy compañado de floreros.

—¿Secrets? ¡Me encanta esa revista! —dice Baekhyun—. Llevo años leyéndola.

Yoona entorna los ojos. Eso es mala señal. Mira fijamente a Kyungsoo. Pone cara de concentración y exclama:

—¡Tú eres Do Kyungsoo! ¡El redactor en jefe de Secrets!

—El mismo —corrobora él con una amable sonrisa.

—¿El redactor en jefe? —repito como un tonto, pues yo lo consideraba un periodista más.

«Qué gilipollas soy —pienso—, sólo con haberme fijado en las firmas de la revista, habría sabido quién era.»

—Jongin, qué ojo tienes —añade Baek.

—Este chico siempre apunta alto —dice Yoona sonriéndome con malicia y yo le respondo de igual manera.

—Es mi vecino, no os hagáis pajas mentales —las informo, con una sonrisa bien falsa.

—Ya, tu vecino... —comenta el chef con aire burlón y le advierto con la mirada que no siga por ese camino.

—¿Y dónde está el gran hombre? —pregunto para cambiar de tema y que la conversación no se centre en Kyungsoo y en mí, aunque sé que esto va a ser sólo un aplazamiento.

—Está a punto de llegar «a buscarme» —dice Baekhyun nervioso.

—Bueno, bueno, bueno —canturrea Heechul y me preparo para lo peor—. Yo tengo que hablar con este joven guapo.

Sin ningún tipo de pudor, agarra a mi acompañante de la mano, lo besa a la antigua usanza y le sonríe. Si no supiera que Kyungsoo no es de su tipo, empezaría a ponerme celoso.

¿Celoso yo? Pero ¿qué clase de tonterías estoy pensando? Nunca he estado celoso o quiero empezar ahora.

Por suerte, Heechul no se pone en plan cotilla y se limita a charlar con Kyungsoo sobre su trabajo, lo que hace que me relaje. Bueno, no del todo, pues Baekhyun y su hermana no dejan de cuchichear sin dejar de mirarme y eso no me gusta ni un pelo, pero si no quiero acabar la noche encabronado, mejor me sirvo una copa de vino y me relajo.

Baekhyun nos avisa de que Chanyeol está a punto de llegar. Yo soy el malo «oficial» de la película, así que tengo que salir a «disculparme» por hacerlo trabajar en su día libre que no sospeche nada, aunque a mí me da que el tipo se hace un poco el tonto. Por las pocas palabras que he cruzado con él, deduzco que es muy observador y que con tal de no decepcionar a su chico finge lo que haga falta.

Todos ocupan sus sitios como si fueran unos comensales más. Desde fuera sólo se distinguen las siluetas, nada sospechoso. Se abre la puerta y yo salgo a recibirlo.

—Buenas noches —lo saludo con amabilidad—. Vamos con un poco de retraso, si quieres ven a mi despacho y tómate una copa.

—No pasa nada —dice tranquilo—, aunque seamos sinceros, ¿no es mejor fingir que me sorprendo en vez de perder el tiempo?

Sonrío y asiento. No tiene sentido disimular.

—Vale, pero esfuérzate, que luego creerá que he sido yo quien te lo ha chivado.

—No te preocupes.

Yo sé que Chanyeol, fingiendo, no tiene rival, ha vivido durante mucho tiempo de fingir con las mujeres. No es un tema apropiado para mencionarlo en voz alta, pero ambos nos conocemos.

Guardemos el secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora