El Almendro

9 1 0
                                    

Un almendro apareció

con despampanantes hojas

sin esperar se entregó

a estas manos flojas.


En mi suelo no había espacio

y hacia mí corría

ignoré el ir despacio

con su raíz un lugar abría.


Con miedo me lancé

y tomé su fruto

sin dudar me arriesgué

en mi boca fue astuto.


Sí, renació la ilusión

de mi jardín se adueñó

tras aquella traición

mi corazón se entregó.


Le di calor, alejé al frío

no culpé al corazón

en el valle sombrío

al pensar sin razón.


Nunca fui para él

pero en mi huerto buscó

me engañó con miel

y su tronco plantó.


- J.R MESÉN














El AlmendroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora