Vidrios Rotos.

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Un dulce olor a hierva mojada inundaba la mancion de aquel país. Habían pasado ya muchas horas desde que huyeron del enfrentamiento, más de 24 para aclarar.
Las huellas huemedas de sus pisadas seguían marcadas en el suelo de madera.
Aquel de bandera roja y verde observaba por la ventana su ciudad, estaba vacía y solitaria, pues la gente temía salir y ser atacados de sorpresa, miro más a lo lejos, cortinas de humo negro salían de los edificios españoles más altos, era evidente que tomaron a su "hermano" como lo apodaba él.
Cerro los ojos y suspiro profundo, los abrió cuando el sonido de tacones se escucho y una suave mano toco su hombro. Miró a la mujer detrás suyo, la francesa solo tenía una sonrisa triste.

━ Gracias por rescatarme... - expresó con dolor- si no fuera por ti, Japón me habría capturado.

━Si, España me aviso de su plan de ayudar a Italia pero nunca imaginamos que estarias tu, así que solo pude salvarte a ti. -una leve quebrada de voz de escucho entre su tono serio- parece que eres el nuevo punto de mira de Alemania.

━ Eso supongo - se rasco la nuca- desde que termine con él y empecé una familia con Inglaterra, nunca dejó de molestarme, y ahora que se volvió un dictador enloquecido... Hará lo que sea por encontrarme - se rasco la nunca-

-Esa es la razón por la que estás insegura aquí, tienes que volver a tu ciudad- se levantó del asiento y comenzó a caminar a la cocina.

-¡Pero Portugal, ellos ya tienen mi territorio! ¿Como se supone... -su voz aguda y nerviosa fue interrumpida-

-No, ellos no lo obtendrán hasta que te tengan, vuelve a tu hogar y cuida a tus provincias... -le respondió serio y con tono alto apoyándole la mano sobre el hombro, mirándola directamente a los ojos.

Un soldado entró en la gran sala azotando la puerta y con respiración agitada. Con un rápido movimiento coloco todos los cerrojos posibles de la entrada, camino con velocidad hacia sus mayor, tenía noticias para darle y no precisamente agradables, se podía notar en su cara pálida.

-Senhor ... -su voz temblaba- os soldados do quarto Reich estão vindo para a cidade. -Señor...los soldados del cuarto Reich están llegando a la ciudad-

-Eles vieram mais rápido do que eu pensava ... - Llegaron más rápido de lo que pensé... -con su mano creo un puño conteniendo su ira.

Portugal miró a Francia dudoso y nervioso, sus manos tenían un leve temblor, debió apoyarse sobre una mesa para no caer al suelo, siempre había sido un buen peleador durante las guerras, pero estos ataques tan rápidos y las pérdidas de sus compañeros lo tenían debilitado y más si sentía que debía proteger a la mujer, no, la devolvería a sus tierras, sus soldados la defenderán para algo están, tenerla allí solo le causaría más problemas con el AXIS... aunque sabía que de una u otra forma lo invadirían. No le quedaba otra. Trago saliva, suspiro y empezó a ordenarle al soldado.

-Tire a França da cidade de carro da maneira mais discreta e secreta possível e devolva-a às suas terras. Certifique-se de que ela chegue ao seu palácio saudável -Saca a Francia de la ciudad en auto lo más discreto y secreto que puedas y devulvela a sus tierras, asegúrate que llegue a su palacio sana.

La mujer tembló por unos segundos y su corazón latió fuerte, no sabía cómo mantenerse ni defenderse por sí sola, si llegaba a sus tierras estaría indefensa más allá de sus soldados, aunque sería mejor a que arriesgarse a morir aquí, después de todo el nazi ya tocó la tierra portuguesa, y su instinto materno de defender sus hijos no se hizo esperar. Con un temor reprimido siguió al solado por una puerta trasera; pero antes que cerrará. ..

-S'ils vous attrapent ... Ne dites pas où je suis allé, s'il vous plaît - Si te capturan... No digas donde fui, por favor- - lo miró serio y depositando toda su confianza sobre él.

En lo profundo del alma [RusArg] (En Reescripcion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora