Capítulo VIII

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Los nervios de YoonGi aumentaron pero quería mantener su posición de malo, así que su rostro se tornó serio mientras que, por dentro, las preguntas comenzaron a surgir, ¿Tae escuchó algo? ¿Le dirá que él también siente algo? ¿Será posible que algo hermoso comience? Esas y más preguntas rondaban la cabeza del mayor, el cual simplemente esperó a escuchar lo que su contrario quería decir:

-Bueno, dilo ahora- Min dijo intentando sonar desinteresado cuando, en verdad, estaba ansioso por escuchar la confesión.

TaeHyung, al mirar que se tornó serio el rostro de su mayor creyó que se había molestado por lo cual decidió cambiar la confesión por algo estúpido.

-La comida que le dan a los prisioneros son desperdicios que a veces encuentran en la basura mezclado con caldo de res y algunas cucarachas- dijo mientras jugueteaba con sus manos, Min se quedó callado, estuvo una semana comiendo eso y TaeHyung no le dijo nada.

-Gracias por decirme, ahora menos comeré- dijo para después dejar el plato que el menor le dio en el suelo.

-¡No! Esa comida es de nosotros los oficiales, es sana, no te preocupes- explicó con una risita, pero YoonGi no estaba nada feliz así que simplemente se cubrió con la sucia manta y se recostó en el catre dándole la espalda al castaño.- Termina la comi...- antes de siquiera poder continuar, el rubio lo interrumpió.

-Se me ha ido el apetito, cómelo tú, no has probado nada en todo el día- respondió de manera seca, no sabía por qué estaba más molesto, si por la asquerosa confesión o porque no era lo que quería escuchar, pero simplemente no quería hablar ahora con el oficial.

-Min, perdón si no...- vuelve a ser interrumpido.

-No te disculpes, ahora solo come y déjame dormir, me sigo sintiendo mal y quiero descansar- dijo con notable enfado en su voz, no quería ser grosero con TaeHyung pero él no le dejaba otra opción.

-Tsk, como quieras- respondió también molesto para después tomar el plato y salir de aquella fría celda.

-Eres patético con eso, ¿lo sabes?- un serio JiMin estaba en el pasillo escuchando la conversación de aquellos dos, él, al igual que YoonGi, estaban esperando la confesión del menor, pero simplemente no sucedió y terminó diciendo una gran estupidéz.

-¿Qué querías que hiciera? Hubieras visto su rostro cuando le dije que le confesaría algo- siguió caminando por el pasillo, el más bajo lo seguía por todo el lugar.

-Estoy seguro que su expresión hubiese cambiado si la confesión en verdad fuese algo importante para él- el amigo regañó a su contrario.

-¿Y qué querías que le confesara?- se frenó en seco y se volvió par a mirar a su mejor amigo- ¿Querías que le dijera que me enamoré de un criminal pero que nuestro amor no puede ser por eso mismo, porque él es un criminal y yo un oficial?- JiMin se quedó totalmente sorprendido al escuchar aquello, sabía muy bien que su amigo estaba actuando raro pero el hecho de que éste le confesara todo en persona le impactaba aún más.

-Estoy dispuesto a ayudarlos- el mayor soltó emocionado, nada le hacía más feliz que ver a su amigo feliz con alguien.

-Estás loco, no se dará nada entre nosotros dos, no se puede ni se podrá, ¿entiendes?- al decir aquello sintió que algo se rompió dentro de él, se odiaba por decir eso, pero ahora se angustiaba por lo que le pudiesen hacer a Min. "No te enamores porque al final de todo va a morir"  "Si llegas a formalizar algo con él lo mato" recordaba esas palabras, intentaba ignorarlas, sin embargo, tenía miedo, mucho miedo.

-Si en verdad lo quieres arriesgarás todo por él- el más bajo dijo con seriedad, esa era la parte que odiaba de su mejor amigo.

-¡Ese es el maldito problema! ¡No sé si en verdad lo amo!- gritó, rápidamente se arrepintió- Lo siento, Jiminnie, no quería hablarte así- se disculpó mientras rascaba su nuca con vergüenza.

-No es que no sepas, la verdad estás seguro de tus sentimientos pero tienes miedo- respondió con seriedad, después se acercó más a su menor y revolvió su cabello.

-Sí... Tengo demasiado miedo- respondió mientras miraba al suelo, sabía que tenía sólo 6 putos meses para que el mayor se enamorara, desgraciadamente, cuando ese tiempo haya acabado, Min morirá y eso era lo que más le aterraba.

-Ve lento, conforme pasen los días irás perdiendo ese sentimiento- tras decir aquello comenzó a caminar por el pasillo hasta perderse de la mirada de Tae.

-Lo que me da miedo es perderlo- se dijo a sí mismo mientras caminaba hacia su nueva "habitación", había sido un día largo debido a la enfermedad de Min. Al llegar a su destino se quitó las botas, sus pies dolían.

Se dirigió a la ducha mientras se quitaba la ropa hasta quedar completamente desnudo, al abrir la llave el agua comenzó a correr por todo su cuerpo mojando cada rincón por más mínimo que fuese. Pensaba una y otra vez en lo que escuchó de la conversación entre JiMin y YoonGi, le parecía increíble que Min sintiera algo por él, parecía un cruel y desalmado criminal como para sentir algo como el amor.

Se preguntaba tantas cosas, nunca se había sentido tan confundido en toda su vida, su corazón le gritaba que amaba a YoonGi, que ese hombre había ganado su corazón en tan poco tiempo pero que en verdad lo amaba aunque pareciera una completa locura, pero su mente le rogaba que no se enamorara, que no se arriesgara con una estupidéz como lo es el amor, que les traería demasiadas consecuencias en un futuro.

-Eres un completo idiota- se dijo para después darle un golpe a la pared- ¡Agh, mierda!- gritó, miró sus nudillos los cuales estaban sangrando, aquella sangre se iba cayendo conforme el agua tocaba las heridas pero ardían. Simplemente las lavó e ignoró el ardor.

Siguió pensando y recordando momentos, momentos que habían pasado durante esa semana, de la nada, recordó las veces que vio a su mayor desnudo, un gran sonrojo apareció en su rostro, sintió un gran escalofrío recorrer todo su cuerpo, mordió su labio inferior, soltó un pesado suspiro y echó su cabeza para atrás. Después de unos segundos se dijo:

-Lo necesito...

Enamorados en prisión [ TaeGi +18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora