𝘽𝙍𝙊𝙆𝙀𝙉 ▷ ᴅᴀʀʏʟ ᴅɪxᴏɴ; ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴀ

↳ 11 |the mysterious suicide samurai

〘 11. LA MISTERIOSA SAMURAI SUICIDA 〙
༆

LA MISTERIOSA SAMURAI seguía un poco inconsciente cuando Rick cruzó las puertas del interior de la prisión con Lynn siguiéndole con la espada en sus manos, igual que ambos chicos, Kasper, Beth con la pequeña —aún sin nombre por cierto— entre sus brazos y Hershel.

—Traed agua y una manta —dijo aún cargando a la mujer. Carl extendió una manta tan rápido como la cogió, dándole una leve mirada a su padre.

—¿Aquí? —cuestionó.

—No la meteré en nuestro pabellón —respondió, dejándola con cuidado sobre la manta. La sala en la que se encontraban estaba justo al lado del pabellón, pero al estar separada por una puerta de la que sólo ellos tenían el juego de llaves, podrían utilizarlo como celda permanente —. Eh, eh, eh, despacio. Eso es —la samurai se fue despertando poco a poco, asustada y alterada por tanta gente a su alrededor. Trató de agarrar su espada de las manos de Lynn, cosa que ella rió y se echó hacia atrás al saber que era más probable que Kasper saliera de aquella celda con la afilada katana entre manos que aquella mujer.

—Tranquila... —susurraba Rick, aún de cuclillas sobre la extraña. Le miró fijamente, algo que ella evitó a medias, pensando en que aquel tío tenía unos ojos tan azules que seguro que podría averiguar hasta su más oscuro secreto si se lo proponía. Fue cuando maldijo internamente el momento en el que decidió dirigirse a la maldita prisión.

—Eh, ¿quién eres, samurai suicida? —habló Lynn, con el ceño fruncido y con ganas de saber más sobre la misteriosa mujer. Parecía guerrera, ya le caía bien.

Su pecho subía y bajaba por causa del cansancio y la molesta bala en su pierna. No contestó, no quiso hacerlo; sería dar el primer paso y ella era demasiado desconfiada como para hacer eso.

—Eh —intentó de nuevo Rick —no te haremos daño a menos que hagas alguna estupidez, ¿vale?

Pero, en ese momento, la voz de Daryl Dixon atrajo todas las miradas de la sala.

—Rick —había dicho, entrando con poca confianza al darse cuenta de la presencia de la samurai —. ¿Quién coño es esa?

—¿Nos dices tu nombre? —preguntó Grimes. Lynn sonrió al verlo de nuevo en su pose: "soy el líder del grupo, dime lo que quiero saber". Claro que no, no consiguió nada —. ¿Nos dices cómo te llamas?

—No confía, Rick Grimes —intervino con un bufido Lynn, como si estuviera claro —. Es algo bastante obvio.

Solo obtuvo los oscuros ojos de la mujer sobre ella, escaneándole, obteniendo la verde mirada de Lynn haciendo el mismo trabajo a cambio.

—Tenéis que ver esto —dijo Daryl, viendo que estaba más que claro que no saldría una respuesta de los labios de la samurai suicida.

—¿Y ahora qué? —preguntó la pelirroja, temiéndose lo peor.

—¿Pasa algo malo? —le siguió Rick.

—Querréis ver esto.

—Adelante.

Rick hizo un asentimiento con la cabeza y le tendió las llaves a Lynn, quién la atrapó al vuelo; sabía qué hacer. El resto salió de allí para ir adonde Dixon les llevaba, al pabellón.

—Te prometo que protegeré con mi vida esta preciosa espada —habló Lynn, pasando sus dedos por el filo de la hoja de la katana. La observó; la samurai también lo hacía —. Esto es... una especie de celda, pero al menos estás a salvo. Y, por cierto, el viejo vendrá después a... —señaló su pierna, dónde estaba el disparo —ya sabes, curarte eso.