Sugar baby (Wigetta)

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Pareja: WillyRex x Vegetta777
Advertencias: contenido homosexual sin contenido sexual
Palabras: 3137

★★★

El amor no es algo que encuentres, él te encuentra y te ataca. Cuando menos te das cuenta, ya quieres complacer en todos y cada uno de sus caprichos a ese chico ligeramente menor con una adorable cara de bebé.

Eso lo pudo comprender a la perfección Vegetta porque era prácticamente su día a día el querer hacer lo posible porque Willy fuera feliz.

Desde que se conocieron, todo tuvo su propio nivel de singularidad porque ser "rescatado" por un niño es algo muy curioso, podría decirse que hasta adorable, pero no imaginaba que las cosas ocurriesen de otro modo.

Fue un flechazo para el mayor que, ahora que había descubierto la belleza de ese chico que iba más allá del físico estaba fascinado, porque eran sus gestos, su actitud, la forma en la que se emociona o se avergüenza... Incluso la manera en la que cantaba. Todo, todo de él le encanta y por eso, no le sorprendió que le dijesen que estaba enamorado de él.

De alguna forma, el mayor sabía que era correspondido, que si Willy se avergonzaba por cada insinuación que le hacía y no se negaba a todas sus atenciones debía ser porque al menos ocasionaba algo en él, aunque era difícil hacer que lo aceptara... Y lo logró. Con mucho tiempo, esfuerzo, algún regalo y la promesa de un amor sincero y duradero, lo cuál no fue difícil de creer ya que era evidente que Vegetta babeaba por él.

No querían hacerlo público, no porque se avergonzaran de sus sentimientos o algo por el estilo, sólo que no necesitaban los comentarios del resto sobre si estaba bien o no, tampoco querían que eso fuera tomado como marketing, sus sentimientos no eran ningún tipo de "atracción" para los seguidores. Así que, por común acuerdo, decían que su relación era una ambigua amistad, aunque nadie lo creyera en realidad.

El más alto creía completamente que el otro era su alma gemela y no quería estar separado de él, por lo que se encargaría del departamento ideal para pedirle que se fueran a vivir juntos.

No importaba si Willy quiere vivir en España, Los Ángeles o la Luna, encontraría el modo de que se sintiera feliz y cómodo en el hogar que sería de ambos; estuvo esperando toda su vida para poder compartirla con él, incluso sin saberlo y ahora sólo le quedaba dar lo mejor de sí para tener el lugar perfecto. Su hogar... Algo de ambos... Es tan maravilloso que se siente incapaz de dejar de sonreír.

Más de una vez, le dijeron a Vegetta que entregaba mucho por Willy y él respondía que Willy era su Sugar baby y por eso debía consentirlo con todo lo quisiera porque así él también tenía lo que quería. Todos entendían el doble sentido de la declaración y si ellos eran felices así, nadie tendría porqué juzgarlos.

Llevaban tanto tiempo juntos que ni siquiera recordaba cómo era su vida antes de Willy y tampoco quería hacerlo, le bastaba con poder disfrutar de sus risas, sonrojos, besos y demás por el resto de su vida.

Después de años de un hermoso noviazgo, Vegetta haría lo que quiso hacer desde la semana pasada, el año pasado, desde que empezaron a vivir juntos y, tal vez, desde que vió a Willy por primera vez...

—Sería un honor para mí si me acompañas el resto de nuestras vidas. —Se puso de rodillas, con la noche de fondo y la atmósfera llena de calidez, a la espera de lo que sería uno de los pasos más importantes de su vida, mostrando un par de anillos de oro— ¿Te casarías conmigo, por favor?

—¡SÍ! Sí, sí.

Vegetta quisiera ser sutil como habían acordado pero no puede evitar adorarlo, decirle a su manera cuánto le encanta, lo mucho que le gusta en todos los sentidos; realmente está agradecido con la vida de tener a "su niño" en ella.

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