𝔗𝔴𝔢𝔩𝔳𝔢

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No pudo dormir.

Ayer una pareja que nunca había visto tocó a su puerta diciendo que no tenían donde dormir, prácticamente pidiéndole hospedaje en su hogar.

Se preguntaba de dónde pudieron haber venido, los pueblos eran tan pequeños y no muy poblados que, como hemos dicho antes, no faltaba quien no sé conociera aún sin haber hablado; el que dos personas que nunca habías visto te hablen como si te conocieran de toda la vida era un tanto extraño, más porque llegaron en la noche, no quiso dejarlos solos afuera ya que acostumbraban a vigilar el pueblo por órdenes del gobernante y no quería que les hicieran daño.

Llegó la mañana y con ello el despertar de sus huéspedes.

-Buenos días señorita- saludó la chica de cabellos rosados.

-Buen día, espero que hayan dormido bien, una disculpa pero debo salir a comprar algo para el desayuno, permiso- la chica salió de su hogar confiando en que dos extraños cuidarían bien de su hogar.

Llegó a la panadería del pueblo y después de comprar dos panes fue de regreso a casa, estaba a menos de un metro de distancia de su destino cuando escuchó el relincho de uno de los corceles de la guardia real, lo que le hizo alarmarse y correr lo que le quedaba de trayecto.

-H-hola, ¿Puedo ayudarles en algo? Aún no he abierto el negocio- se interpuso entre el guardia y la puerta.

Había ahí tres guardias, entre ellos su amado que la miraba con intriga al igual que sus compañeros presentes. Sea lo que fuera que necesitaran no podía permitir que irrumpieran en su hogar y local porque adentro escondía a quienes los guardias podrían considerar invasores, no quería dañar a nadie.

-Nos están ordenando llevar 2 capas negras al castillo y queríamos saber si usted podía ayudarnos- la chica asintió pero no sin antes advertir que debía entrar primero para ordenar un poco.

-Chicos, tienen que esconderse por favor- llamó la atención de la pareja que se encontraba hablando con calma sobre unas sillas.

-¿Escondernos? Pero de q-

-¡No tenemos todo el día, campesina!- el fuerte golpeteo a la puerta los hizo saltar de sus asientos.

-¡Deja de insultar a la gente, también somos como ellos!- se escuchó una segunda voz.

-¡Calma, no armen un pleito!- y luego una tercera.

Una discusión comenzaba afuera y mientras ésto ocurría afuera, Diane y Cheese buscaban salir por la ventana trasera de la casa cuando escucharon un estruendo en el cuarto principal, Ámbar dió un brinco y decidió ver que sucedía mientras que los otros dos intentaban salir por un ventanal de la cocina.

-¿Qué está pasan- se interrumpió sola para soltar un grito cuando vió que dos guardias habían derribado la puerta de su local y estaban en medio de los golpes. El tercero solo miraba pensando cómo podía detenerlos, así es como Bellini veía a su amor siendo golpeado por intentar defender a la gente plebeya.

De repente escuchó un ruido de la cocina y corrió a revisar antes de que el tercer guardia entrara y lo hiciera, estando dentro de la pequeña habitación vió a la chica levantándose después de caer ante su fracaso de pasar por la ventana, antes de que pudiera darse cuenta, uno de los guardias ya había presenciado todo y se puso en defensa a su doncella.

-¿Quiénes son ellos, Ámbar? ¿Te hacen daño?

-Saludos noble caballero, no queremos hacerle daño a nadie, solo íbamos de pasada y-

-¿Pasada? ¡¿Salieron de su pueblo?! ¡Son vigías de un pueblo enemigo!- y el trío malinterpretó las palabras, tomaron armas y flecharon al chico castaño que cayó al suelo sin rastro vital.

-¡Anestesia, rápido!- la costurera fue atada de las muñecas con una cuerda mientras era jalada por uno de los hombres armados.

La chica de ojos cian veía perpleja la situación mientras era rodeada por los dos restantes y veía que más guardias entraban en la alcoba.

🗡️🗡️🗡️🗡️

¡Hola! Bienvenidos al capítulo final, estamos por llegar al epílogo y no, no me equivoqué escribiendo, aclaro todo en curiosidades.

Bye!

Starly✓

Sweet Love Kingdoms || ᴄʜᴇᴇꜱᴇᴘɪᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora