Soul DB 4, La batalla del imperio plata

La caída del fénix (Parte 1)

Un hombre abrazaba a su hija mientras que su mano cubría una herida fatal. Están en un accidente automovilístico.  El hombre le cuesta hablar.

-Asing -Toce sangre- E-escucha, sin importar lo que pase, sin importar con quién te encuentres...debes ser fuerte. Debes ser la patrona que yo he criado...que nadie ¡Nadie! Te pise...tú debes ser la que aplaste a esas cucarachas.  

Unos hombres enmascarados sacan del carro al hombre quién lucha para lograr liberarse pero solo consigue enfurecerlos. Lo sientan y uno de ellos saca un arma cargada. El hombre ve por última vez a su hija, una bala acaba con su vida. Uno de los hombres toma a la niña quién lucha por liberarse pero es un esfuerzo inútil. La meten en una camioneta negra. 

La mujer que ahora está sentada en el trono recuerda esa fatídica noche donde perdió a un padre que nunca quiso pero que siempre supo cómo quitarle el dinero. Algo altero su cena, uno de sus guardias carmesí le informa de los intrusos del piso uno.   

-Ya...me imagino que son Lu y sus nuevos amigos...joder, Ldb es inútil de verdad.  ¡Intenten matarlos! -Entre susurro dice- Sé que no lo lograrán, pero me darán tiempo de buscar ayuda.

El hombre sale acompañado de varios soldados, unos nuevos guardias se quedan con Asing. Llevaban armaduras quemadas con espadas ardientes. Ella sabía que dentro de 2 horas no podría recibir ayuda así que debía aguantar hasta que ellos llegaran. Otros recuerdos vuelven a ella. 

Estaba la joven chica, rubia e inocente, custodiada por dos hombres armados esperando a un hombre al frente de un hotel en la noche. Un hombre obeso baja con un arma en la mano y un cigarro en el otra. El hombre llevaba un traje marrón con un símbolo característico en el lado derecho, el símbolo de la familia Supra. Él era el líder de la mafia "del norte" El hombre que esa noche murió era uno de los altos cargos.

-Bueno, Asing. Tal vez no sabes nada de lo que ha pasado...bueno ¿Qué haré con la niña Richard? 

El hombre armado se quita la capucha y le apunta con el arma.

 -Podemos matarla señor, la podemos arrojar al río de las pirañas si usted quiere.

-¿Eres estúpido? nadie muere al frente de mi hotel ¿Quieres alterar a los cliente? Espera... ¡Ya sé! Se la daré a Verónica, ella me había dicho que nos faltaba una joven. 

-¡Señor! Es una niña...no hablará enserio. 

-Sí hablo enserio ¿Tienes idea de cuánto mis mejores clientes pagarían por una niña así?  Además, ella puede adiestrarla para que sea más eficaz con futuros clientes. 

El hombre se acerca a Asing mientras ella se tapaba los ojos y apretaba sus piernas con sus brazos buscando algo de protección. El hombre se agachó y hablo con ella. 

-Hey, niña. ¿Asing te llamas no? Tú padre, bueno. Digamos que jugó mal conmigo. ¿Sabes quién soy? 

La niña subió la mirada y un pensamiento veloz pero que llevaría consigo toda su vida le ayudó a responder.

-...¡Una cucaracha! -La niña arrugo su rostro mientras que con su mano intentó darle una cachetada al hombre. 

Al recibir el inofensivo golpe el hombre la tomó del pelo y junto con sus hombres entraron al hotel. Pasaron diferentes partes del mismo hasta llegar al salón de fiesta que él había convertido en un burdel. Dejaron a la pequeña niña encerrada en un refrigerador gigante por unos minutos hasta que Verónica llegó por ella. Una mujer de pelo negro y vestido rojo que se veía muy alta gracias a los tacones oscuros que siempre usaba en el burdel. Ella era la que mandaba en ese lugar y todas las demás mujeres que allí estaban le entregaban el dinero a ella. Verónica la llevó a su habitación la cual estaba hasta el tope de prendas de altos costos y joyas que eliminarían el hambre de más de una ciudad. La mujer vistió a la joven Asing como si fuera una muñeca y durante esa noche, donde el jefe estuvo hablando con diferentes clientes, le dio varios consejos mientras hablaba con ella. Pasó una hora y un hombre armado fue a buscar a la niñas, antes de que fuera arrastrada contra su voluntad Verónica le dedicó unas palabras que a partir de ese momento serían una marca permanente.