Stars Dance

Prólogo: que asco de vida

Hola. Me llamo Ariana Grande. Tengo 16 años y mi vida no podría dar más asco: no tengo novio/ pareja para el baile de otoño, que será en dos semanas. Tengo una pandilla de amigos que me aman, sí, pero también tengo a todos los guays del instituto que me odian y me hacen la vida imposible. 

Digamos que mi vida es algo así como la típica historia estilo High School Musical sin música ni suerte para mí.

 Ese día en concreto fue malo:

 Iba caminando por el pasillo, con mi pelo levemente recogido y con largos bucles, con mis libros de física y química en la mano y una taza de capuchino en la otra. Iba haciendo esfuerzos sobrehumanos para no derramarlo todo sobre mi ropa nueva. Hasta que aparecieron esas guarras de siempre que tienen que fastidiarle el día a alguien para sentirse bien consigo mismas, y ese día me tocaba a mí.

 -¡Eh tú!-gritó una de ellas, en concreto Sophia Loren-¡Ven aquí!

Seguí caminando, no tenía ganas de soportarlas hoy.

-¡Te he dicho que vengas!-gritó de nuevo.

Me volví y la miré seria y le enseñé mi dedo medio para continuar caminando rápidamente, porque sabía que si me pillaba las consecuencias no iban a ser muy buenas para mí.

De pronto noté como una mano fría se ponía sobre mi hombro.

-Vaya vaya...parece que hoy te sientes valiente, ¿no Grande?-dijo susurrando en mi oído aquella guarra-pues yo también, fíjate-dijo riendo-¿Sabes qué? Que los apuntes de mates que te robé estaban mal, y por tu culpa he suspendido el examen, así que estoy de mal humor.

-Ve a que te lo quité tu querido David, ¿no?-dije exasperada.

David Coleman era el chico de mis sueños desde tercero de primaria. Solo ocho años, nada más gente.

Rió con resentimiento.

-David y yo hemos roto provisionalmente, para aclarar sus ideas dijo...Pero ya volveremos. Nada que te importe a fin de cuentas-y cogió mi café y le dió un sorbo-está bueno, pero quedaría mejor de otra forma...-y me lo tiró encima antes de que pudiese evitarlo.

Y así se fueron corriendo, antes de que ningún profesor apareciese.

Y eso es solo uno de mis fantásticos días.