Si si. Todo tiene un comienzo, pero... ¿alguna vez has intentado llegar al final? Al menos, ¿lo has pensado o intentado? ¿Sueñas cosas sin sentido pero que, a la vez, sientes que lo has vivido en otra vida o en algún otro lugar o simplemente al despertar lo olvidaste y decidiste no darle importancia?
Pues todo esto tiene un principio y si, aún no he encontrado el final.
La primera vez que comenzó a sucederme todo esto fue aquella mañana en la que mi padre lavaba su auto como todos los fines de semana antes de ir a misa, mi madre se vestía en sus mejores atuendos y mis hermanos (como en cada familia) ya peleaban por ver quien entraba primero a la ducha.
Pero yo seguía durmiendo aún en mi mundo mágico, aquel en el que puede ocurrir cualquier cosa. Desde ver dinosaurios parlantes, ver delfines color rosa, nadar en lava volcánica sin tener una sola quemadura, navegar en el espacio en la constelación de orión y cualquier cosa irreal que pueda imaginar tu retorcido cerebro.
Sin embargo, sabemos que existen reglas. Podemos imaginar cosas en sueños, pero no podemos dominar nada de las escenas que transcurran en esas películas mentales.
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