Capítulo 6

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Cuando acabaron el interrogatorio el soldado se fue rápidamente ya que estaba muy nervioso por todo, los policías pasaron a limpio todas las respuestas y Cristina mientras fue investigando con todos los escritos donde aparecía o se nombraba la mansión. Al final llegaron ala conclusión de que dejaran el cuerpo donde estaba ya que no necesitaban nada mas de el e investigan todo con la ayuda del soldado y los escritos de la casa. Cristina volvió a pasar unos cuantos días, se podría decir que viviendo en la biblioteca recopilando toda la información posible. Sus padres bromeaban con que debería pagar parte del alquiler de la biblioteca o que deberían habituarse una habitación para ella en el edificio ya que era como su segunda casa. Los policías le habían recomendado hacerse una tarjeta de biblioteca y así poder llevarse todo lo que necesitara a casa,idea con la cual los padres estaban de acuerdo pero Cristina no. Ella decía que prefería investigar en la biblioteca porque es todo más tranquilo y silencioso.


Uno de estos días tranquilos en la biblioteca Cristina decidió cambiar un poco de zona y se fue a una esquina más ajetreada, cosa que le extraño ya que todo estaba oscuro y había muy pocos libros en la estantería. Como ya estaba cansada de su zona habitual decidió ir,cuando llegó y se sentó en uno de los sillones que habia pudo notar que desde detrás de la estantería le vigilaba una sombra. Ella solo veía una masa negra entre varios libros, pero ya sabía que la estaba mirando y que no era una persona digamos normal. Cristina no se pudo resistir, se levantó y fue hacia la estantería. Al acercarse se apoyó en ella y apartó un par de libros para tener una vista completa de aquello. En ese momento la sombra se percató de que Cristina le observaba y desapareció al instante, lo que hizo que Cristina quedara un poco desconcertada y con otro misterio que resolver. De lo que no se dio cuenta ella fue de que en el mismo momento en el que "eso"desapareció un libro cayó por la parte de atrás de la estantería. Cristina estuvo unos segundos parada como una estatua hasta que se acercó un chico más o menos de su edad y le tocó el hombro para sacarla del trance. 

La mansión de los GüeverdineisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora