Detrás de esos Ojos Azules

656 43 14
                                    

Como si alguien los persiguiera, entran con mucha rapidez al Bar Ten Bells, un conocido bar ubicado en Whitechapel. El frío de la noche los ha obligado a buscar calor lo más pronto posible, los gruesos y oscuros abrigos no son lo bastante cálidos para resguardarlos lo suficiente en esas épocas.

La iluminación del bar es poca, lo suficiente para permitirles pasar desapercibidos ante los demás clientes, aunque estos se encuentran ocupados en sus cosas. Se dirigen directo a la barra, una buena bebida será suficiente para bajarles el frío del exterior. Debido a la poca luz, los azulejos y adornos del lugar, no pueden ser apreciados a esas horas.

En cuanto se sientan, barman les sirve una copa de vino. El más joven se sorprende, es como si el hombre, todavía joven, los esperase. Pero recapacita y considera que es debido a que su amigo es cliente frecuente del lugar.

—Vienes mucho, no me extraña la rapidez con la que nos ha servido las copas—Al hablar se le nota el marcado acento francés, a pesar de hablar un perfecto inglés, tal como otro residente de ahí.

—¿Qué sería de un día después del trabajo si no vengo a este lugar, mi estimado Charles?—Una sutil sonrisa se divisa, apenas visible por la poca luz y la sombra creada por su sombrero—. Además, es mejor llegar después de la cena. Victoria es insoportable a veces. Y no es propio de mí, ni de ningún caballero, recurrir a la violencia en contra de una dama.

El más joven asiente antes de dar un corto sorbo a su vino, el suave dulzor de las uvas combinado con la fuerza del alcohol le bajan por la garganta calentando por completo su organismo. Se siente ardiente, pero lo disfruta más que otras bebidas. Es relajante.

—Edmond—El joven llama a su acompañante para que este le dirija la mirada—; no es de mi incumbencia, pero...

—Lo sé. Pero sabes lo que acontece, es complicado para mí devolverle el cariño que me tiene—Se sincera, como muchas otras veces, ante quien considera su mejor amigo. Ese que ha estado siempre con él.

Los dos guardan silencio y entre medio de ello, el mayor da su primer sorbo a la copa de vino. Pero conforme traga, la imagen de sus pesadillas aparece frente a él. Una larga cabellera rubia manchada de sangre a sus pies.

—Así como eres sincero conmigo, deberías serlo con ella. Victoria es una mujer comprensiva y tú, alguien que vale la pena, aunque no lo creas así.

La mirada azul de Edmond se oscurece más al recibir la sombra hecha por sus gruesas pestañas, se queda en silencio contemplando la copa de vina que mantiene en su mano. Se ha planteado muchas veces ser sincero sobre eso, pero por alguna razón siempre terminan discutiendo. No puede evitar escapar a ese lugar ante esos hechos. Una expresión de desolación lo aborda conforme los pensamientos van tomando rumbo, pero estos son cortados por el más joven.

—Viajaré a Francia dentro de un par de días—Suelta soltando una pequeña sonrisa de disculpa, no le gusta viajar porque sabe es el único amigo cercano del otro. En ese aspecto, Edmond es muy solitario.

—¿Acaso tu tío Anthony ha empeorado?—cuestiona con curiosidad, pero nada alegre con la noticia. Su ceño se ha fruncido levemente, pero es fácilmente oculto por las puntas largas y rizadas de su cabello negro.

Charles es lo único que lo mantiene en Londres, no porque deteste su ciudad natal, pero todo le trae amarguras. Especialmente Whitechapel, el mismo lugar en donde se encuentra ese bar.

—Ya se ha recuperado, es un alivio para su esposa e hijos. Es mi padre quien me pide que regrese, al parecer ha programado una cita con la hija de un amigo suyo—La idea no es tan de su agrado, pero comprende los deseos de su padre y, como el buen hijo que es, los acepta.

Detrás de esos ojos AzulesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora