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Enero 20 del 2014.

—Te besaré ahora— Acercó sus labios con sigilo hacia los míos. Cerré mis ojos esperando con deseo el beso por el que tanto había soñado.

Los gritos de alguien me hicieron salir de mi tan deseado momento. Abrí de golpe mis ojos buscando donde se encontraba el remitente de arruinar mi hermoso sueño; Axel, mi hermano mayor, se cruzó de brazos desde el umbral de la puerta. Agarré la almohada y se la aventé con fuerza.

—¡¿Acabas de arruinar mi puto beso?!— Le grité, levantándome de la cama. Me acerco hacia él y le pego un zape— Ahora tendré que esperar mucho más tiempo para que vuelva a suceder.

— ¡Qué mierda!— Me apartó de su lado entrando a mi habitación— No vuelvas a golpearme de esa forma porque te juro que le cuento a Owen de tu tan esperado beso.

—No lo harías— Entrecierro mis ojos. Mi amado hermano no sería capaz de hacer eso, ¿cierto?

—Pruébame— Sonríe triunfante, sacándose su celular del bolsillo de su jean— Owen, adivina quién sueña todas las noches con besarte... No, ella no.

Comencé a negar varias veces, estaba a punto de tener un ataque de pánico, si él continuaba con su no agradable bromita. Mi corazón estaba a nada de salirse de mi pecho, estaba latiendo demasiado rápido por los nervios que me estaba cargando en ese momento. Murmuraba por lo bajo muchos por favor para que no dijera nada

— Claro que Jay, cabrón— Cubre el micrófono de su celular antes de hablarme de nuevo— Tienes media hora para estar lista.

Mi hermano sale de la habitación aun hablando por celular. Me tiro sobre la cama y cierro con fuerza mis ojos, cubro mi rostro con la almohada minimizando el grito que suelto.

— Vaya mierda— Me levanto de nuevo de la cama para tomar una ducha. Estuve a punto de morir y a mi hermano no le importó, eso merecía venganza.

Me adentro en el baño. Libero todo líquido de mi vejiga, la que se encontraba bastante llena, no entiendo como no me hice pipí de los nervios. Me desnudo frente al pequeño espejo que estaba bastante sucio y me envío un pequeño beso.

Visto un vestido de flores casual. Tomo las vans que están debajo de la cama y las pongo con lentitud. Entre más me demore, más rápido cumpliré mi venganza.

Busco en mi baño la cartera que tengo con algo de maquillaje. No hago nada muy elaborado en mi rostro, solo empolvo mi rostro, rizo mis pestañas, pongo algo de color en mis mejillas y aplicó un Shapstick en mis labios.

Aplico algo de crema para rizos en mi cabello y lo sacudo un poco. Sonrío al espejo y admiro mi trabajo, estoy realmente hermosa. ¿Él notará que cambié el color de mi cabello?

No pienses en estupideces, Kathryn

Me siento sobre la cama y comienzo a limar mis uñas para quemar tiempo. Todo el que conociera a Axel sabía que odiaba llegar tarde a cualquier lado y más si era para recoger a Harry, su novio. Mi venganza estaba saliendo a la perfección.

Mis ojos comenzaron a pesar de nuevo, la noche anterior me había quedado hasta tarde leyendo un nuevo libro que mi escritora favorita había publicado. Cerré mis ojos unos minutos para descansarlos, perdiendo así la noción del tiempo.

***

— ¡Kathryn Andrea, hace quince minutos tendrías que estar abajo!— Gritó con fuerza mi hermano, arruinándome mi pequeña siesta.

— ¡Oh, no! ¿Vamos tarde?— Pregunté, evitando soltar la carcajada que estaba a punto de salir.

— Claro que sí, maldita sea, Harry acaba de llamar hace un momento, tenemos diez putos minutos para estar en su casa— Salió de la habitación, dando un portazo. Como si la puerta tuviera la culpa.

An Immposible LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora