Día 76

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H A Y E S  P O V

Despierto, pero sólo hasta unos minutos después estoy un poco más consciente y me doy cuenta de que el cuarto está totalmente iluminado por los rayos de luz; siento el brazo de Stassie en mi cintura. Abro los ojos pero me veo obligado a cerrarlos para acostumbrarme a la luz del día. Cuando los abro nuevamente, es necesario parpadear; mis dedos entrelazados con los de Stassie.

Grier, algo malo pasa contigo

Bostezo. Me restriego un poco los ojos.

Stassie se remueve un poco y suelta mi cintura y su espalda choca con la mía. Su columna sobresale un poco, lo que me hace pensar que está hecha bolita. Me doy vuelta; mis suposiciones acerca de su posición son ciertas. Observó sus hombros elevarse cada que respira y su cabello castaño está esparcido por toda la almohada. Me entra la necesidad de tocar su sedoso cabello, pero algo me detiene y me dice que deje las manos quietas. Me acerco un poquito más a ella y pongo mi mano en su hombro mientras la sacudo un poco para que despierte.

- Stassie- murmuro- levántate.

Reacciona hasta la tercera vez que la llamo, pero lo único que consigo es que me dé un manotazo y vuelva a intentar dormir, lo cual no logra porque insisto en que despierte.

- Hayes, ¿vas a dejarme dormir?

Se da la vuelta, bosteza y sus ojos luchan para no volver a cerrarse.

- No- respondo- Ya es hora de levantarse; aparte, ya tengo hambre.

- Dame quince minutos más.

Se frota los ojos y se estira a todo lo ancho de la cama sin preocuparse de golpearme la espinilla.

- Se nota que eres muy floja, Jones- me burlo.

- Creo que sí- responde en medio de un bostezo- Me cuesta trabajo despertarme... podría dormir el día entero y despertarme aún con sueño.

Esta chica es más dormilona que todas las que he conocido. Miro más allá de Stassie y noto que faltan Nash y su perro.

- ¿En dónde está Nash?- pregunto.

Stassie levanta la cabeza y responde.

- Aquí, a mi la...- se queda callada justo en el momento en el que nota la ausencia de mi hermano- Podría jurar que estuvo a mi lado toda la noche.

Nos sentamos en la cama mientras nos miramos un poco alarmados.

- Nada malo pudo haberle pasado- me asegura - Además nos hubiéramos dado cuenta de eso, estaba a nuestro lado. Quizá fue al baño o a desayunar.

Me paro de la cama.

- ¿A dónde vas?

- A buscarlo al baño- contesto- O a su cuarto.

Stassie pone los ojos en blanco, se para también y me da un golpe en la cabeza.

- ¿Eso por qué fue?- le pregunto.

- Por despertarme a las diez de la mañana.

Me obliga a abrir la puerta e ir en busca de Nash. Enseguida nos llega el olor a hot cakes y escuchamos las risas de Nash y mamá.

Cerca del comedor, el olor del desayuno es más notable y fuerte. Mientras más nos acercamos, más nervioso me pongo porque pienso que un ladrón nos está haciendo el desayuno y una malteada con algunas gotas de un poderoso veneno.

¿Qué rayos Grier? ¿Un ladrón deteniéndose a hacerle el desayuno a su víctima? Sí, claro

Me detengo en el umbral de la entrada de la cocina y veo a mamá cocinando y a Nash sentado en la barra frente a la estufa. Stassie se pone a mi lado y se abraza a mi brazo mientras me mira un poco asustada o nerviosa.

- Hayes, creo que esto de bajar a buscar a tu hermano en pijama fue mala idea- me susurra- Tan sólo mírame.

- No te preocupes, es demasiado temprano para usar vestido formalmente y, aparte, acabamos de levantarnos- le doy un beso en la mejilla y, de nuevo, algo dentro de mí se retuerce.

Ella se abraza un poco más a mi brazo y mira al suelo con una pequeña sonrisa.

- Queso ama a la novia de Hayes- el comentario de Nash provoca que ambos fijemos la mirada en él- En vez de intentar morder, empezó a saltar y a mover la colita.

- Vaya, por fin alguien le agrada, aparte de nosotros.

Ambos ríen, aunque Nash se da cuenta de nuestra presencia. Mamá voltea y sonríe cuando ve a Stassie a mi lado, con mi pijama y tomando mi brazo.

- Ya era hora de levantarse, eh- dice mi mamá.

- ¿En serio? Porque Stassie se puso de salvaje a golpearme el brazo por despertarla- me burlo.

Stassie se separa un poco de mí y me da otro golpe en el brazo.

- ¿Ves, mamá?

- Ten cuidado, Hayes, esta chica te puede dejar en el piso si la haces enojar- le guiña un ojo a Stassie y pone los hot cakes en un plato.

- Siéntense a desayunar- nos indica mamá, con una sonrisa- Querida, no estés nerviosa, no pasa nada.

Stassie le sonríe amablemente y se sienta en el taburete, en medio de mí y de Nash. Mamá se sienta frente a nosotros. Stassie se pone el cabello detrás de las orejas para evitar que le estorbe en la cara. Nash se sirve cinco hot cakes en su plato, Stassie tres y yo cuatro, ya que mi estómago pide a gritos un poco de comida.

- ¿Cuál es tu nombre?- le pregunta a Stassie- A esta edad suelo olvidar todo. Con sólo decirte que una vez olvide a Nash en la escuela.

- Lo recuerdo bien- murmura mi hermano.

Stassie sonríe levemente mientras mira la cara seria de Nash.

- Me llamo Stassie.

- ¡Cierto!- chasquea la lengua- Sabía que eres la chica que vino a la casa hace poco.

- ¿Cómo vas en la escuela, Stassie?- le pregunta mamá.

- Pues... creo que bien- responde Stassie- Aún no sé mis calificaciones, ya que las entregan después de vacaciones.

- Y después de vacaciones será tu ultimo año en la preparatoria- la voz de mamá se oye un poco melancólica- Recuerdo cuando, en mis tiempos, las chicas no eran tan fáciles y en vez de compartir cigarros compartían discos de alguna buena banda de esa época- mamá le da un sorbo a su taza de café-, pero eso era lo único bueno en esos tiempos. A la mayoría de las chicas la hacían menos por el simple hecho de ser chicas. Algunos chicos jugaban con ellas, pero esas chicas no se encerraban en sus cuartos a llorar y comer helado- repentinamente, las manos de Stassie empiezan a temblar- Todo lo contrario: se ponían su mejor minifalda, más spray en el cabello y caminaban seguras para afrontar al chico que las utilizó. A veces les pegaban tan fuerte en la entrepierna, que terminaban desmayados o les dejaban marcada la mano en la mejilla durante semanas. Esas chicas comenzaron a ser sus propios héroes y no se ataban a la vida de un chico. El mundo comenzaba a cambiar- Stassie sonríe- Esas chicas empezaron a ser independientes. Gracias a dios, me toco una generación de chicas con m de mujeres.

Iconic 🖤

100 días para enamorarlo ||Hayes GrierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora