Capítulo 13. Aeropuerto.

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5:30 am, suena el despertador. Los pensamientos de Andrés no le dejaron pasar una buena noche, y aunque confiaba en él mismo y en el profesor, no paraba de pensar en el plan. Le gustaba mucho arriesgar, jugar con las personas, pero había cosas que le atormentaban, sobre todo que volvería a ser visible entre todos. Pero ante todo esto, lo que más le preocupaba era Sandra, esa chica que ya no puede olvidar ni un momento.

Sergio estaba sentado en el sofá ya con todo preparado para marcharse. Antes de ir Andrés a la planta de abajo, ya vestido y preparado, se quedó mirando por la ventana como cada mañana hacía, aunque esta vez todavía era de noche y no podía contemplar el paisaje con claridad.
No quería alargar más este momento y bajó.
- Buenos días hermanito. Dijo Andrés mientras terminaba de bajar la escalera.
- Buenos días. ¿Lo tienes todo listo? es mejor salir cuanto antes. Dijo Sergio.
- Sí, todo listo. Respondió Andrés.

Antes de salir Andrés dio una vuelta por toda la casa con nostalgia, despidiéndose de alguna manera de cada rincón. Pero ya llegó la hora en la que tenían que marcharse al aeropuerto para coger el vuelo de las 6.30. El aeropuerto se encontraba a 20 minutos en coche desde la casa de Andrés. Arrancaron y se pusieron en marcha con el coche de Andrés que no solía utilizar ya que le gustaba ir andando a los sitios, después lo dejarían como si nada en un lugar cerca del aeropuerto.

Mientras, Sandra se encontraba despierta en su casa, pensando en cometer una de las mayores locuras que podría cometer en su vida. Siempre sobrevivió de los pequeños atracos que cometía, era una chica inteligente, estaba decidida a dejar esa vida para llevar una más tranquila, hasta que llegó Andrés, ese tipo del que jamás pensó que podría enamorarse, y la hizo dudar hasta el último momento sobre la propuesta que le hizo. Se levantó rápido de la cama, decidida, cogió una mochila y comenzó a meter ropa rápidamente, no sabía muy bien que estaba haciendo, solo se estaba dejando llevar por lo que sentía.

Sandra no tenía vehículo, pero su vecino siempre dejaba su moto aparcada en el mismo sitio. Tenía que coger esa moto, era lo único con lo que podría llegar a tiempo al aeropuerto, pero claro, no tenía la llave, y sabía que ese vecino no entendería que a las 6 de la mañana necesitaría su moto, por eso antes de intentar pedírsela decidió entrar por la ventana y coger la llave ella misma. Fue rápido pero no tan sencillo, entró por la ventana de atrás que por suerte no tenía hechado el pestillo, buscó las llaves por toda la planta baja, pero no estaba, subió, la última habitación que le quedaba por mirar era donde estaba su vecino durmiendo con su pareja. Definitivamente entró con especial cuidado, con suerte no tuvo que buscar mucho por la habitación, miró en la chaqueta que estaba colgada justo en el perchero cerca de la puerta y ahí estaba. No dudó en cogerla, y aprovechó para coger el casco que también estaba ahí, salió despacio de la habitación y al terminar de bajar la escalera tropezó con algo que había en el suelo, hizo ruido, con lo que despertó de inmediato a su vecino. Estaba cerca de la ventana por lo que salió rápido de la casa al final sin problemas. Arrancó la moto y se dió prisa para llegar cuanto antes.

Berlín y el profesor ya se encontraban en el aeropuerto.
- Andrés, vamos a subir ya. Dijo Sergio.
- Espera un momento, todavía queda un poco. Respondió Andrés mirando hacia la entrada.
- Andrés, olvídate, Sandra te dejó claro que no vendría, te lo dijo ayer, esto no es una película. Dijo el profesor conociendo muy bien los pensamientos de su hermano.
- Llevas razón, no sé en qué estaría pensando, vamos. Dijo Andrés levantándose del asiento.

Se quedó unos segundo más mirando hacia la puerta, pero no aparecía nadie. Iban para montarse definitivamente ya en el avión y de repente escucharon unos pasos de alguien corriendo. Andrés se giró y no podía creer lo que estaba viendo con sus propios ojos, era ella, Sandra. Soltó de inmediato la maleta y con el impulso de Sandra se abrazaron fuertemente. Sergio tampoco podía creerse nada.
- Andrés, Andrés. Lo llamaba Sergio viendo que no se separaban y que el avión se iba a salir.
Andrés lo miró.
- No tenemos billete para ella. Continuó Sergio.
- ¿Cómo que no? Dijo Andrés sonriente mientras sacaba otro billete de su bolsillo.
- Sabía que ibas a venir. Dijo Andrés mirando a Sandra sin que se le fuera la sonrisa.

Se volvieron a abrazar, ninguno de los 3 podía creerse lo que estaba pasando, pero ya solo quedaba montarse en el avión y poner rumbo a España, y no se lo pensaron ni un segundo más.


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Al final Sandra formará parte de la banda. Espero que os guste la idea y que os vaya gustando la historia🙏🏻🤗

Pronto más👀🤭

Berlín. Después del atraco. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora