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Era un bonito día en el instituto, el sol brillaba en lo más alto con su máximo esplendor, los pajaritos cantaban aguda y maravillosamente, el cielo se encontraba azul y despejado... Todo parecía perfecto, ¿Qué podría salir mal?

Sí, exacto, TODO.

Kim Taehyung, es un adolescente promedio, muy sociable y... Bastante guapo, si me permiten, pero había algo que él amaba y anhelaba con toda la fuerza de su alma y se llamaba “Paz” tanto interior como exterior.

Obviamente, por razones más claras que el agua —antes de la contaminación—, ésta no se dignaba a hacer su salvaje y necesaria aparición en ningún momento, y mucho menos cuando sus dos mejores amigas se hallaban cerca...

Park Jaemin y Jeon Jungsook, las hermanas gemelas de dos de los chicos más populares y codiciados de todo el maldito colegio.

Claramente, por cuestiones biológicas o algo así, las chicas también eran bastante guapas, el sueño dorado de la mayoría de los chicos (y me atrevería a decir que de algunas chicas también) de aquella institución, y es que a veces la genética hacía demasiado bien su trabajo, ¿O no?

Las dueñas de sus pensamientos —y de la mayoría de sus desgracias y vergüenzas— entraron al salón interrumpiendo la aburrida clase de literatura del profesor Namjoon con su habitual escándalo. Repartían besos voladores y guiños por aquí y por allá, llevándose consigo los suspiros y silbidos de algunos de sus compañeros —los más idiotas— y por qué no; la poca paz que le quedaba.

Llegaron finalmente a dónde se encontraba el profesor mirándolas con desaprobación desde detrás del escritorio, de pie. La mochila en la espalda de cada una de las chicas daba a entender que llegaban tarde, y Taehyung estaba completamente seguro de que esa no era la razón por la que ambas recibían la mirada de reproche del profesor.

—Buenos días, profesor ¿Cómo se encuentra el día de hoy?— habló la castaña primero, Jaemin, al tiempo que jugaba con uno de los mechones de su cabello y miraba sugerente al rubio frente a ella.

—Pues yo diría que bastante guapo, la verdad— habló ahora la pelinegra sobando su barbilla mientras miraba de arriba a abajo a su mayor y con una sonrisa juguetona adornando sus finos labios.

—Chicas...— empezó el profesor apretando el puente de su nariz entre el pulgar y el índice, al tiempo que su ceño se fruncía notablemente, su voz sonaba serena, aunque un tanto borde— ¿Qué hacen aquí otra vez? Esta no es su aula.

Ambas chicas rieron, Jungsook echaba su cabeza hacía atrás y Jaemin hacía adelante, ganándose la mirada confundida del profesor.

—¡Ups!— soltó la castaña con falsa inocencia.

—Que distraídas, nos confundimos— la pelinegra sonreía con sorna hacía el profesor— y es que con semejante monumento en este salón ¿a quién no se le antoja entrar?

—Su belleza nos dejó cegadas, profesor Kim— la castaña tenía una sonrisa ladina adornando su expresión— si tal vez usara una máscara, una bolsa o algo para ocultar su belleza sería de gran ayuda.

—Aunque una gran decepción—  negó la contraria.

El profesor solo boqueaba sin saber que palabras eran las correctas en esa situación, recordó a su colega Yoongi, quién no habría dudado en abalanzarse sobre las jovencitas apenas soltaran el primer piropo —y no dudaba que ya lo habría hecho— y es que a decir verdad, las chicas no lucían para nada mal, pero la situación sí que lo hacía.

Taehyung se levantó de su asiento de un salto, avergonzado, indignado, ridiculizado, esas eran las palabras que lo definían en esos momentos, como en la mayoría de las veces que estaba con las chicas, se dirigió a ellas viendo a su profesor en problemas y se las llevó de allí, sintiéndose rojo de la vergüenza.

CHUSMA [BTS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora