¿Sabes? Quizá nunca te he dicho con palabras lo que mis ojos suplican, quizá no demuestro lo que siento con hechos, quizá no hago lo correcto en cada momento, quizá no soy o…quizá no eres, el complemento perfecto. Quizá nunca sepamos nada el uno del otro, quizá seamos siempre unos amigos desconocidos, quizá no tengamos nunca la intriga de abrir la caja de Pandora, quizá no nos importe demasiado de dónde venimos o a dónde vamos.
Tal vez el tiempo nos dé la oportunidad de conocernos tal y cómo somos, aunque presiento que eso no ocurrirá jamás, porque ni nosotros mismos llegamos a conocernos del todo durante nuestro trayecto en la vida.
No sabemos cómo reaccionaremos en momentos extremos, nunca sabemos que haremos en situaciones inesperadas, no sabemos ni tan siquiera, si hay un mañana para nosotros…
Procuramos cada día inventar una ilusion, intentamos despertar con una sonrisa a pesar de las pesadillas, disfrutamos del trabajo tanto como nos dejan, dibujamos una sonrisa para todo aquel que nos ofrece la suya, y si no nos la ofrece, le regalamos una. Tendemos una mano a quien lo necesita, y si no lo necesita… sabe que la mano está siempre tendida por si acaso.
Somos iguales, pero diferentes.
Porque existen grandezas insignificantes. De hecho, casi todas lo son. Pero las insignificancias grandiosas son para quienes de verdad, saben valorar.
"Nunca te creas tan importante como un rey, ni tan insignificante como un vagabundo...", terminó diciéndome mi mente.
Creo que todavía… no me has entendido lo suficiente.
