[21 de Diciembre, Lunes]
No sabía qué decir, cómo reaccionar o tan solo qué hacer, simplemente se quedó allí parado viendo como ambos se abrazaban y hablaban cariñosamente. Él nunca había querido indagar en el pasado de la familia de William, pero por lo que él había escuchado de su parte, no tenía abuelos de parte de Jack, era todo muy extraño.
- Sé que esto es muy repentino, pero creo que es hora de irme, ya nos veremos hijo - Dijo el hombre antes de encaminarse a la puerta.
- ¡Claro! Hasta luego - Se despidió con un gesto con la mano - Por cierto Dean, ¿qué le pasa a mi principe? Parecía molesto cuando subió a su habitación.
Estaba tan conmocionado por el reciente descubrimiento de aquel hombre que se le había olvidado por un momento lo que tenía que hacer. Sin dar más explicaciones subió corriendo las escaleras, dejando atrás las preguntas confusas de su padre.
En otro momento habría entrado sin más, sin tocar, eran pareja y además él dormía allí, en cierto modo era su habitación; pero esta vez decidió tocar, era consciente de que la había cagado y que iba a tener que ganarse el perdón del moreno poco a poco.
- William, por favor - Suspiró apoyando la frente en la puerta - Me pilló por sorpresa y no supe cómo reaccionar, lo siento.
La puerta se abrió mostrando a un William imponente que le miraba desde arriba, con el ceño fruncido. Tenía las manos cargadas de cosas y se las estampó en el pecho: ropa, la colcha que usaba, sus zapatillas, el cepillo de dientes....
- ¿Esto qué... - Lo miró con expresión lastimera.
- Puedes utilizar el cuarto de invitados - Dijo con voz fría e impasible.
- Will, por favor, no me dejes - Le agarró del brazo.
Había empezado a llorar, él no quería perderlo porque en ese momento lo era todo para él; no se imaginaba un futuro en el que el moreno no lo molestara o en el que él no tuviera que inventar formas para despertarlo por las mañanas, sencillamente eso le era imposible.
De un jalón se deshizo del brazo del rubio y cerró la puerta en sus narices dejándolo destrozado en aquel pasillo que ahora le parecía tan solitario. Cogió sus cosas y se encerró en la habitación de invitados, tras eso lloró hasta quedarse sin lágrimas, volvía a estar solo.
La soledad, te puedes acostumbrar a ella y en algún momento deja de doler. Toda su vida había estado solo y sí, a veces le gustaría no haberlo estado y haber tenido una familia normal desde el primer momento; pero después de haber probado lo que era la compañía y de ansiarla con toda su alma, que la soledad tocara su puerta de nuevo era devastador.
¿Qué hago? ¿Cómo hago que me perdone? ¿Y si ya no me quiere? ¿Y si me odia? ¿Y si ya no quiere saber de mí? ¿Y si me echa de su casa? ¿Y si..... - Pensaba en bucle mientras enterraba su cabeza entre sus rodillas.
No sabía qué hacer, todo esto era nuevo para él y nadie le había enseñado cómo seguir. ¿Qué es lo que hacen los adolescentes cuando tienen un problema? La respuesta vino casi de inmediato, sabía que no debía, que quizás se metiera en un problema después, pero era lo único que se le ocurría para que ese dolor parara, aunque fuera al menos por un rato.
Abrió la puerta con decisión y se dirigió de nuevo a la planta baja mientras se secaba el rastro de las lágrimas. Jack y Damian estaban en el salón pero poco le importó, ellos le hacían preguntas pero él apenas los escuchaba, estaba concentrado en lo que iba a hacer, si se desconcentraba perdería la oportunidad que su impulsividad le estaba brindando.
Llegó a la cocina y rebuscó en la despensa donde él bien sabía que guardaban los padres las botellas de alcohol. No es que ellos bebieran mucho, solín hacerlo nada más en situaciones concretas, pero aún así tenían sus reservas por si había algo que celebrar, en su caso, que había vuelto a quedarse solo.
Cogió la primera que vio, parecía que era vodka, siquiera importaba. La abrió, estaba nueva, y, tras quitar el tapón, pegó los labios a la boca de la botella y comenzó a succionar aquel líquido que le hacía arder la garganta.
Tragaba con ansias pese a que no le gustaba el sabor y que comenzaba a sentirse mareado, escuchaba voces a lo lejos y siluetas que se movían. Damian fue a apartarle la botella pero él comenzó a esquivarle y a beber más rápido, parecía el juego del pilla a pilla.
En un momento lo empujó como última opción y cayó al suelo haciendo romper la botella en mil pedazos. Él yacía en el suelo, mareado y jadeante, mientras intentaba no clavarse los trozos de cristal que adornaban el suelo de baldosas.
- ¿Qué es lo que te ocurre? - Chilló Jack asustado mientras se acercaba corriendo hacia él y lo ayudaba a levantarse.
- Yo le quiero - Dijo con voz rasposa antes de caer en redondo al suelo.
Jack volvió a pegar un grito agudo por el susto y comenzó a ponerse muy nervioso. Se podría morir, se acababa de beber casi media botella de vodka de un solo trago y además era un chico bajito y delgaducho, tenían que actuar deprisa.
- ¡William, llama a la ambulacia! - Gritó con fuerza mientras le metía al chico dos dedos en la garganta para hacerlo vomitar.
A la primera el rubio comenzó a soltar líquido en un estado semiconsciente. Al mismo tiempo se escucharon los pasos apresurados del moreno por las escaleras.
- ¿Qué ocurre? - Preguntó alarmado acercándose a ellos, no cabía de asombro al ver la escena.
- ¡Qué la llames joder! - Exclamó él casi temblando.
Damian cogió al chico en peso muerto y lo separo de los cristales para evitar que se los clavara más y a su vez lo tumbó en sofá de ladodel salón con gesto preocupado. Era muy importsnte acostarlo de lado para evitar que se ahogara y volvía a vomitar, sabía ya cómo actuar puesto que no era la primera vez que le pasaba.
Un silencio se instaló en la habitación mientras esperaban escuchar el sonido que les haría, al menos, estar un poco más tranquilos. Tan solo se escuchaban las respiraciones jadeantes de los tres y los diminutos sollozos de William y Jack.
- Papi, ¿qué ocurre? - Tres pares de ojos se dirigieron al comienzo de la escalera.
- ¿Her..manito? - La mirada del niños cayó sobre el cuerpo inmóvil de su hermano y su expresión se horrorizó.
ESTÁS LEYENDO
Dean (+18 - Gay)
RomanceUna vez que descubres qué es estar acompañado por muy solo que hayas estado toda tu vida ya nada volverá a ser como antes. Lo necesitas a tu lado, te sientes lleno, así se sentía Dean cuando vio por primera vez al moreno. Segunda parte de "Te odio y...