T r e i n t a y s i e t e

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-No tenemos que pasar a los yetis- Dijo el hijo del espíritu de invierno mientras bajaba a la pequeña. Jack miró a Ashen por un momento y decidió ponerle esposas de hielo alrededor de las muñecas y los tobillos. Jef, por otro lado, entendió por qué.

-¿Qué quieres decir con que no tenemos que hacerlo?- preguntó el joven guardián y observó el castillo de Norte.

-Hay otra entrada y estoy seguro de que solo los elfos y tal vez dos o tres yetis la están vigilando- Continuó el niño y señaló la abertura que conduce a donde está el trineo.

-¿Ves eso? Podemos ir allí sin ser vistos. Sin embargo, debemos tener cuidado. Es una pequeña cueva que conduce al ESTACIONAMIENTO de Norte-. Dijo y se rió cuando dijo la última palabra.

-Esp- Co- ¿cómo lo sabías? Ni siquiera puedo verlo desde aquí... Y cómo sabías que había una abertura allí y ... y ... No importa ...- tartamudeó el espíritu invernal y su pequeño hijo se rió entre dientes.

-No lo entenderías incluso si te lo dijera-. Dijo y se volvió hacia Ashen.

Jef ahora había tenido dudas sobre la niña. "¿Y si Jack tuviera razón? Ella puede ser una impostora, un arma o un cebo de Pitch." Su hijo suspiró profundamente y miró a Jack.

El joven padre de Jef sintió la mirada del niño y él le devolvió la mirada. Hablaron usando solo gestos oculares. Se entendieron el uno al otro. Sin palabras.

Después de unos momentos, Jef agarró el brazo de su padre y le habló en privado.

-Ella viene.- Dijo Jef pero Jack sacudió la cabeza con locura.

-¡No! Jef, es una extraña. No la conocemos-. Respondió Jack con voz suave. -¿Q-qué pasa si ella busca algo? ¿En el palacio de Norte?- agregó.

-Ella también está buscando a alguien-. Razonó Jef y miró a la chica.

-No le voy a comprar eso. Además, ella nos retrasará-. Regañó el espíritu de invierno y luego se apoyó en su bastón.

-¿Cuál es tu plan? ¿Dejarla aquí? Está enferma... ¿Olvidaste eso?- insistió el chico, pero Jack se rascó la cabeza con furia.

-¡Muy bien! Pero no me culpes si algo sucede-. Dijo el joven guardián.

Jef suspiró profundamente aliviado y caminó hacia la niña. Ashe estaba bastante débil. Miró al hijo del espíritu invernal con sus húmedos y exhaustos ojos negro dorado.

-Dime la verdad. ¿Por qué estás aquí?- preguntó Jef.

-Ya ... ya te lo dije ... estoy tratando de encontrar a mi papá-. Ella explicó y se abrazó con fuerza.

Ella no puede soportar el frío por más tiempo. Con solo ropa delgada, no hay forma de que pueda soportarlo. Jef cargó cuidadosamente a Ashe sobre su espalda y continuó.

Están bastante cerca de la apertura de la cueva. Ashe golpeó ligeramente los hombros del niño y le hizo dejar de caminar. Jack los miró y se sintió un poco nervioso.

-Yo- puedo caminar ...- susurró la chica pero Jef sacudió la cabeza.

-No, estás demasiado débil. Todavía puedo llevarte- Dijo el pequeño de todo corazón y la niña se enterneció.

Continuaron caminando y entraron a la cueva. Todos respiraron profundamente y los dos muchachos se sonrieron el uno al otro.

-No puedo creer que haya estado registrando este lugar durante años y no me haya enterado de esta estúpida cueva-. Raspó el espíritu invernal y Jef lanzó una leve carcajada.

•Padres Guardianes Adolescentes• | Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora