Élite: Toda una vida

Capítulo 14: La boca del lobo

El tiempo es capaz de relativizarlo todo. Hacia ya 2 semanas que no habían tenido mas noticias de Polo, ningún ataque, ninguna noticia en los medios, nada. Tampoco habían tenido mucho éxito en su búsqueda de Cayetana, peinaron durante varios días la zona en la que fue vista por Lucrecia, pero tal y como predijo Guzmán, la chica no se dejo ver por esas calles en ningún momento.

La relación entre el primogénito de los Nunier y Nadia iba viento en popa. Desde que había vuelto ambos pasaban tiempo juntos sin tener que preocuparse por los padres de Nadia que ahora con una edad mas avanzada y sabiendo que el chico cuidaba a su hija no se entrometían entre los 2. Eso fortalecía su relación ya que podían actuar con total normalidad, algo que hace unos años era impensable.

A Lucrecia ya le habían retirado el collarín y se encontraba mucho mejor de su encontronazo con Cayetana, aun así la mejicana había decidido instalarse en casa de Carla. Ella y la marquesa habían visto que con la compañía de la otra se sentían mas seguras y les resultaba agradable la presencia de la otra en su día a día, así que decidieron que pese a que Lucrecia podía volver a su casa tranquilamente, se quedaría allí. A su vez Carla y Samuel, hablaban normalmente por WhatsApp, la relación entre ellos ni mucho menos llegaba a los niveles de hace 6 años pero si que había mejorado respecto al nulo contacto y a la frialdad que tenían los primeros días que la marquesa había vuelto a Madrid.

Samuel era el que peor estaba llevando este periodo en el que parecía no pasar nada, mientras todos respiraban aliviados el no se fiaba, sabia que Polo podía actuar en cualquier momento y que una bajada de guardia por su parte seria contraproducente. El chico además estaba frustrado por no conseguir su objetivo de encontrar a Cayetana, sabia que necesitaban tomarle la delantera en algún momento a Polo, porque hasta ahora todo lo que habían hecho había sido ir 2 pasos atrás de los movimientos de él. También estaba un poco confuso ya que su corazón le empujaba a intentar verse mas con Carla y su razón le contenía sus deseos.

-¿Samuel podemos hablar? -Ander había ido justo a la zona de los sofás que estaba limpiando Samuel, los chicos estaban preparando la discoteca para la fiesta de aquella noche, y hoy les tocaba la preparación a los 2 chicos ya que ayer eran Nano y Guzmán quien la habían realizado.

-Claro dime.

-He estado pensando estos días, y creo que se como nos podemos acercar a Polo sin que él sospeche, podríamos repetir la táctica que usamos la otra vez...fingir que soy su amigo y quizás me cuenta cosas que nos puedan servir de ayuda. Ya funciono una vez, seguro que puede volver a funcionar.

-Ander...precisamente porque fue lo que hiciste la ultima vez, no funcionaria. Además no es el tipo inocente con el que lidiamos en el Instituto, es distinto, si lo vieras lo entenderías. Agradezco que intentes pensar en acciones que nos puedan ayudar, pero de verdad tenemos que intentar cosas menos arriesgadas y mas efectivas.

-Quiero sentirme útil Samu...quiero demostrar que puedo ser de gran ayuda de verdad se que creéis que lo mejor para mi es estar alejado de todo eso por mi enfermedad, pero precisamente por eso porque ya la he superado necesito ver que os ayudo, necesito ver que estoy con vosotros y que juntos solucionamos esta mierda.

Samuel miraba a Ander, admiraba el coraje del chico, y entendía los sentimientos que tenía, durante demasiado tiempo el chico había estado alejado de todo y durante demasiado tiempo se había sentido débil para afrontar situaciones complejas, ahora una vez que aquello había quedado atrás Ander necesitaba afrontar los problemas, y pese a que habían acordado con Guzmán y Omar que el chico debía descansar, a Samuel no le salió negarle lo que le pasaba por la cabeza.

-Esta noche, tengo pensado ir a un sitio, cuando el trabajo en la discoteca baje un poco me quiero ausentar, si quieres puedes venir conmigo, pero nadie se debe enterar entendido.