Just me and you, and you and me, alone

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POV Dahyun

Iba paseando por las oscuras calles de mi nuevo barrio japonés, cruzaba calles y calles, muros de piedra monótonos que no parecían tener fin, algún coche o tal vez una moto pasaban muy de vez en cuando.

Camina, camina, camina sin parar, no pares, no pares. No hagas ruido, no respires, sigue caminando, no pares.

¿Quién pasea a las tres de la mañana? 

Malditos grilletes, me están haciendo daño...

Sigue caminando, ya casi has llegado, sigue caminando.

Yo, pero no estaba sola, ahora no.

Me senté en un banco debajo de un sauce al lado de un lago artificial. Los grillos, cuervos y demás animales nocturnos cantaban a la luz de la misteriosa luna de aquella noche clara y sin nubes. Una orquesta de los seres de la oscuridad se apoderó de todo el parque, una leve brisa acarició con suavidad mi rostro, mis pies ¿descalzos? se balanceaban en un compás lento, el compás se escuchaba gracias a las cadenas que tenía en mis tobillos, esas... cadenas grises de metal que llevaba puestas. No sé cuando me las puse, tampoco sé como he acabado aquí.

Respira, has llegado, respira.

Observé la luna, clara, blanca o tal vez... grisácea, según como lo mires. Mi respiración era lo poco que sonaba en el lugar junto con la orquesta de animales, el lento ritmo de mi corazón servía de base para la banda de música.

Todo está bien, ya me voy, ya me voy....

Un paso en el camino de tierra hizo que mis labios se torcieran y formasen una sonrisa. Los cuervos seguían graznando, el compás de mis pies seguía y los serenos pero sonoros latidos de mi corazón permanecieron con el mismo ritmo para no perturbar el orden de la orquesta.

Pero antes de que me vaya, recuerda algo.

Otro paso, el suelo crujía y mi sonrisa permanecía en mis suaves labios color pastel. La majestuosa canción seguía sonando.

Si hablas...

Más pasos, mas pasos, los pasos seguían, pero no iban al compás de la música, quebraban la armonía.

O la miras...

Tic... Tac... El reloj marcaba las tres y media, los pasos cada vez se acercaban más, mis pies mantenían el ritmo, el maldito ritmo. Mis ojos se clavaban en la luna, pestañeaba con cuidado, debía mantener el ritmo, el maldito ritmo. Mi corazón palpitaba con orgullo al saber que mantenía el orden de la orquesta, de la bendita...

La orquesta se acaba...

— Esta noche muy bonita la luna es ¿No crees? — Se sentó a mi lado, en el banco, yo seguía con la serenidad que debía mantener y con mi mirada en la brillante luna.

Y si la orquesta se acaba...

— ¿No es cierto, ángel de amor? — Yo seguía con el compás, seguía con el maldito compás.

¿Sabes lo que pasa si la orquesta termina?

— ¿No es cierto, que en esta apartada orilla... — Mis pies seguían balanceándose con suavidad, solo debía seguir con el balance, con el...

¿¡Sabes lo que pasa!?

— Más clara la luna brilla... — No me ha dejado terminar la frase, mi corazón... No sigue el ritmo, está desconcentrando a la orquesta, está rompiendo la armonía. Mis ojos parpadeaban sin compás.

TALK TO ME - SAIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora