-Me dirijo dentro de un viejo auto hacia la secundaria, con mi mentón apoyado sobre mi pequeña mano y observando cómo las casas y arboles pasan rápido por la ventanilla. Hace una semana atrás, me enteré de la trágica muerte de mi amiga. Según los medios de comunicación, había sido asesinada por un hombre en una noche que salió a hacer unas compras sin compañía. Me sorprende mucho el hecho que haya salido sola de su casa en una noche a comprar, ya que ella nunca sale a ningún lado a menos que esté con un adulto y en un horario en el que aún esté presente la luz solar. Aún me cuesta comprender esta situación y mi mente solo vaga perdida, mirando cualquier punto fijo y quedándose pensando en esto. Las personas me dicen que debería dejar de darle vueltas al asunto, pero es que simplemente no puedo. Luego de unos minutos, mi madre mueve levemente mi hombro, sacándome de mi trance.-
Andrea, ya llegamos... -me mira ella con sus oscuros ojos.-
-suelto un suspiro leve y tomo mi mochila.- Está bien... -respondo y abro la puerta del vehículo.-
-imita mi primera acción.- Hija, no estés así, ya vendrán tiempos mejores...
Eso era lo que Lu siempre decía... -murmuro y salgo rápido del auto, cerrando la puerta detrás de mi y dirigiéndome hacia la entrada. Paso por el viejo y azul portón, caminando hacia mi salón. Una vez que llego, respiro de manera profunda y abro la puerta, entrando al aula y dejando la puerta abierta. Era la primera en entrar, por lo tanto me dispuse a dirigirme a mi asiento y sentarme en este, dejando mi mochila detrás de mi espalda y tomando mi teléfono, revisando mis redes sociales. De repente siento un ligero escalofrío en mi espalda, por lo que me volteo rápido y veo a mi pareja, preparado para asustarme.- Matías, ¿Qué ibas a hacer? -cruzo mis brazos y lo miro seria. Él es mi pareja desde hace más de seis meses y estoy muy contenta de ello. Lo conozco desde segundo año se secundaria y nunca estuve más feliz de estar con una persona en mi vida. Por primera vez quiero que una relacion mia dure e intento hacer lo necesario para que todo funcione corretamente.-
Emm... ¿Nada? -sonríe ligeramente y se sienta a mi lado, apoyando su cabeza sobre mi hombro.- ¿Cómo estás?
-tuerzo levemente mis labios- No lo sé... supongo que mal... -bajo la mirada y miro mis manos.-
-suspira y se acomoda mejor sobre mi hombro.- ¿Es por Lucía?
No lo sé, tú dime. -ruedo los ojos-
Hey, no me hables así, yo no tengo la culpa de lo que le pasó...
Ya lo sé pero... Agh, olvídalo. -cruzo mis brazos y los apoyo sobre la mesa, recostando mi cabeza sobre estos, logrando que el más alto suspire y acaricie mi cabeza, dándome palabras de apoyo.-
-Luego de unos minutos llegan todos los alumnos y alumnas del salón, trayendo el alboroto con ellos y logrando que me estrese ligeramente, suficiente "ruido" tenia en mi cabeza como para que ahora vinieran y continuaran molestando. La clase transcurrió de manera normal, pero cada tanto sentía algo raro detrás de mi, y no necesariamente algun compañero... sino algo más...-
-Cuando llegó la hora de la salida, guardé mis cosas dentro de mi mochila y me dirigí al patio de la secundaria, esperando a que los profesores abrieran el portón y pudiera irme de allí. Pero como ya me lo esperaba, vi una melena roja y negra acercandose a mi, atrapandome en sus brazos.-
Ya me enteré de lo que pasó... -acarició la chica de clara piel mi espalda.-
Si, pero no me hables del tema, no quiero que me lo recuerde nadie, ¿Si? -Intento separarme de ella, respirando profundamente para no soltar lágrimas debido al suceso-
-suelta un suspiro y asiente, separandose del abrazo.- Está bien, pero no quiero que intentes nada raro... ¿Entendiste? -acaricia mis muñecas suavemente con su pulgar.-
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Mi Demonio Personal
RandomTodos tienen un Angel que los cuida en las buenas y en las malas... yo tengo a mi propio Demonio.