Capitulo 113

42 2 1
                                    

Prólogo - Dioses y Sangre, Niños e Historias

Una sola gota de sangre cayó, provocando ondulaciones.

Hace mil largos años, esto se consideraba una ceremonia.

Un contenedor mortal recibiría una pequeña gota de un Dios, luego comenzaría su ascenso hacia el siguiente nivel. Algunos decían que este ritual era la clave para agarrar el futuro, proporcionándoles a las personas la fuerza necesaria para aplastar el mal y superar grandes desafíos.

Pero los Dioses escucharon esa historia y se rieron, diciendo que no había necesidad de complicar las cosas.

La sangre era un estimulante, simplemente un disparador. Liberaba el potencial que estaba encerrado dentro de los mortales, desbloqueando Habilidades ilimitadas que incluso los Dioses no podían prever. Estos mortales eran quienes se paseaban por interminables senderos, superaban las desbordantes olas, soportaban la lluvia torrencial y enfrentaban las tormentas de frente. Eran ellos quienes movían sus remos a través del vasto mar mientras viajaban a lugares más allá del horizonte.

Un Dios se disculpó, diciendo que estaba mal empujar sus Voluntades sobre los niños.

Un Dios esquivó el problema, diciendo que todos los padres encontraban la felicidad al ver crecer a sus hijos.

Un Dios oró para que un Héroe asumiera la carga de la era señalada.

A lo largo de los siglos, muchos Dioses desangraron sus dedos y, con sus propios diseños en mente, rociaron su sangre sobre el mundo.

Desde hace mucho tiempo y todavía hoy en día...

Después de que cayera la gota provocando ondas de luz, la piel del humano tembló como la superficie de un charco de agua mientras era salpicada con Ichor. De repente, caracteres negros danzaron a través de la carne.

Los revoloteantes símbolos se veían exactamente como las palabras de un oráculo flotando dentro de una llama sagrada. Uno por uno, mientras un dedo delgado los trazaba, se convirtieron en parte de un sello tallado que se parecía a un epitafio.

<Texto Sagrado>.

Usando <Excelia>—la crónica invisible de los niños—en lugar de tinta, la mano de la Diosa indujo a la <Falna> a transformarse en una nueva forma.

Como si estuviera escribiendo una nueva historia.

Como si estuviera pasando a la siguiente página.

Disfrutaba esta sensación. Su corazón bailaba indescriptiblemente cuando los fragmentos de un cuento llenaban la página en blanco. Era su privilegio especial ser la primera en leer la historia. Era un tesoro que nadie podía robarle. Este era un momento especial, un momento de su conexión personal y única con el chico. Más que nada, eso era lo que ella quería.

Como una niña cuyos ojos brillaban mientras escuchaba un cuento de hadas, sonrió débilmente ante el recorrido de la estrella de la historia.

Y luego dio vuelta a una página nueva.

Dibujados sobre su espalda, los verdaderos nombres de la Diosa y los miembros de su <Familia> brillaban sutilmente junto a su símbolo, una llama.

Finalmente, ella dejó de mover su mano y se apartó de su espalda.

Después de haber terminado de escribir la historia, la Diosa habló con emoción, como si estuviera soltando un suspiro que había contenido durante mucho tiempo dentro de su pecho.

--Felicidades, Cris-kun... has obtenido un <Aumento de Nivel>.

Fin del Capitulo.

La Aventura De Un HéroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora