- Meses después -
- Lo sé, yo también te extraño... – dijo Valentina sonriendo mientras hablaba por teléfono. – ¡No te voy a visitar! ¡Quién decidió casarse y mudarse fuiste tú! – ella pronto se echó a reír. Su amiga acababa de decir una gran palabrota. – Pensaré, lo juro. Quizás lo haga algún día. – Ella continuó escuchando el sermón de su amiga con humor hasta que se puso completamente seria. A través del tejido translúcido de la cortina de la sala, vio a Ignazio afuera, mirando hacia la casa. ¿Qué estaba haciendo allí después de tanto tiempo? Se tragó la saliva. – Lo siento, pero necesito colgar ahora. Sí... Un beso.
Respiró hondo y fue hacia la puerta pero antes de abrirla, agarró el pomo de la puerta, cerró los ojos y los apretó. Que Dios la ayudase en ese momento... Luego la abrió y cuando miró a Ignazio, él sonrió. Ella frunció el ceño ligeramente. Él estaba diferente. Físicamente. Estaba bastante presentable, bien vestido, su barba era más larga, su cabello cortado y parecía un poco más delgado de lo que recordaba. Ni siquiera sabía qué decir en ese momento. No sabía si preguntaba qué quería o si lo dejaba hablar primero.
- Hola, Valentina. – Dijo con calma. – ¿Podemos hablar? – Ella simplemente se apoyó contra la pared con los brazos cruzados y él dudó unos segundos antes de decir algo más. – Me gustaría hablar de la última vez que nos encontramos. – Ella no movió ningún músculo. – En realidad, quería hacerte una invitación. Hay un lugar hermoso no muy lejos de aquí que oí hablar. Me gustaría conocer y me gustaría que vinieras conmigo... Hacer un picnic. – Dijo sonriendo mostrando una leve timidez.
- Di lo que quieres decir, y yo decido si acepto tu invitación o no. – Respondió con frialdad.
- Primero quiero disculparme de nuevo. Fui estúpido...
- Bastante – dijo interrumpiendo y él asintió.
- Nunca debería haberme comportado así. No te lo merecías y mi actitud fue completamente injustificable. Yo... – Él suspiró. – Me sentí culpable y me gustaría disculparme. – Valentina suspiró una vez y cerró los ojos. Realmente parecía verdadero. Tenía que admitir que se requería mucha humildad y coraje para estar delante de ella y pedirle que la perdonara. Muchas personas la decepcionaron durante toda su vida, y no recordaba a nadie que tuviera la misma actitud que Ignazio. Disculparse por algo y admitir errores era difícil para la mayoría de las personas y no podia ignorarlo. Aunque estuviera más triste que enojada con toda la situación, reconoció la importancia de ese pedido. Como él mismo había dicho, era injustificable, pero tal vez se estaba culpando a sí misma por la forma en que había actuado con él también. Tal vez si esa noche no se hubiera escapado de él como una loca, esa situación no habría sucedido.
- Es un comienzo. – Señaló e Ignazio sonrió después de los nerviosos segundos.
- ¿Entonces me acompañarás? – ella asintió.
Poco después estaban en el camino. Ignazio había alquilado un automóvil y comenzó a conducir por lugares hermosos que ella aún no conocía. Nunca había querido explorar la región y aún sentía un poco de inquietud por estar con Ignazio. Solo el nerviosismo de no estar acostumbrada a su compañía y la ansiedad de tratar de averiguar adónde iban... Pero esa sensación pronto la dejó en el momento en que llegaron.
Valentina salió del coche completamente boquiabierta y sin apartar la vista de esa vista. Cerró la puerta del coche y dio unos pasos hacia adelante e Ignazio la alcanzó.
- ¿Crees que valió la pena venir? – él preguntó con las manos en los bolsillos y sonriendo levemente.
- Es el lugar más hermoso que he visto en mi vida. – ella contestó seria, pero encantada.
Era un hermoso lago. Se podía ver las rocas en el fondo hasta que el agua hacerse más profunda. Las montañas hacian un hermoso contraste con los vastos pinos y ese magnífico cielo azul... Era increíble y tranquilo. Tranquilo incluso con otras personas allí.
Unos minutos después, ambos estaban en un bote pequeño y sencillo. Ignazio todavía no creía que la hubiera convencido de hacer eso, pero parecía que le gustaba tanto el lugar que trató de olvidar el miedo y lo aceptó.
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Labios Compartidos | Ignazio Boschetto
Fanfiction"Amor mío Si estoy debajo del vaivén de tus piernas Si estoy hundido en un vaivén de caderas Esto es el cielo, es mi cielo Amor fugado Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado Te vas a otro cielo y regresas como los colibrís Me tienes co...