CAPÍTULO 1

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Te conocí desde la secundaria, desde ese momento nuestra amistad comenzó a crecer, cada vez más y más y más; sin darme cuenta un cariño completamente fuera de la amistad había surgido, ya no te veía con los mismos ojos, ya no sentía esa hermandad -me enamoré de ti- pensé al darme cuenta que nuestro tiempo juntos se estaba agotando.

Vi tu felicidad al decirme -Mi hermano finalmente cedió y me regaló su guitarra- me llevaste de la mano hasta tu habitación y me mostraste la que ahora es tu compañera -Me alegra mucho que finalmente lo hiciera, tendrás que estudiar música ¿Irás a la universidad?- me miraste un poco confundido, y solo negaste con tu cabeza -No importa, sé que lo lograrás- respondí para brindarte todo mi apoyo. Pasaron meses en los cuáles simplemente no te veía, meses en los que tu madre me decía -Esta bien, está prácticando con la guitarra en casa de un amigo- me daba felicidad al saber que de verdad estabas concentrado en tocar la guitarra.

Durante las vacaciones de verano, esperaba que fuéramos juntos, como siempre lo hacíamos a la playa. Recuerdo las veces que practicabas y trataste de enseñarme a surfear; las risas de ambos ante mi torpeza -Que mal equilibrio tienes- mencionaste entre risas -¡Basta, no te rías!- puse mis manos en tus hombros para hundirte bajo el mar; la vez que saliste en una revista, ahora eso había quedado en el pasado, solo quería pasar una tarde contigo pero... -Consegui un trabajo, debo de juntar para comprar un amplificador, lo siento- fue tanta la alegría que emanabas que no podía enojarme contigo -Sé que lo conseguirás- fue lo único que dije. Cuándo finalmente lo compraste, me invitaste a tu casa, ya podría escuchar el como tocabas la guitarra. Estabas tan emocionado, conéctaste la guitarra, me fascinaba el ver cómo brillaban tus ojos, el como te sentaste a la orilla de la cama y acomodaste tu guitarra sobre las piernas -¿Lista?- preguntaste -Lo estoy- respondí.

Ese sonido tan limpio, tan efímero fue suficiente para saber que esto no solo sería un hobbie, ahora sabía que esto sería tu vida -¡Maldición! ¿Se descompuso?- fuiste hacia el amplificador y lo checaste -¿Trabaje tanto para esto?- llevaste tu mirada hacia mi -¿Porque lloras?- buscaste un pañuelo y secaste mis lágrimas -¿Tan mal lo hice?- me mostraste esa sonrisa, esa maldita sonrisa que me doblega -Fue espantoso, hasta se dañó tu amplificador- ambos soltamos una risa y nos miramos a los ojos -Tengo que decirte algo- ese ambiente era perfecto, solo quería escuchar esas palabras que tantas veces había soñado -¿Que sucede?- pregunté con mi voz temblorosa -Gracias por ser una chica increíble, por tu apoyo y por siempre confiar en mi- su rostro se había enrojecido -No tienes por qué hacerlo, siempre lo tendrás- respondí -Lo sé y por eso quiero decirte que...- esos segundos en silencio se me hicieron una eternidad, mi corazón quería explotar y lo hizo al escuchar esas palabras -Tengo pensado en irme a Tokyo- mi respiración se detuvo al igual que mi corazón -¡No te vayas!- grité por dentro -¡Por favor quédate!- pensaba, esa sonrisa, esa emoción y su tono de voz, simplemente no pude detenerme -Siempre contarás conmigo, lograrás tener una carrera exitosa- dije al abrazarlo, sin importar que mis lágrimas corrieran por mi rostro, sin importar este agudo dolor que invadía mi alma.


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El personaje feminino no tiene nombre y ni una sola vez es mencionado, por el simple hecho de que esa persona es la lectora.

Espero que les guste.

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