Una botella de vodka después, Oikawa estaba de pie sobre sus muebles con un repertorio de canciones de Adele sonando intensamente, ya había oscurecido pero no sabía que hora era, ni le importaba.
Cantaba Rumor Has It a todo pulmón mientras de momentos se empinaba la botella, el timbre de su apartamento sonó pero estaba tan ebrio que no le prestó atención y siguió en lo suyo.
Volvió a sonar, Oikawa se puso de pie sobre la mesa de madera que estaba en el centro del living.
Cantaba y mecía la cabeza al compás de la música sin prestarle atención a nada más, no se dió cuenta en qué momento ni cómo pasó, pero de un momento a otro estaba sobre el suelo, con la botella a medio llenar en su mano y un dolor punzante en su cabeza.
La puerta se abrió de golpe y por ésta apareció Iwaizumi, que lo miraba preocupado.
Se quedaron mirando un largo rato fijamente sin decir nada, Iwaizumi fue el primero en hablar aún en la puerta.
— ¿Estás bien?
Oikawa lo miraba como si fuera irreal, ¿Qué hacía él aquí? ¿Cómo había descubierto dónde vivía?
Abrió y cerró la boca varias veces, sólo reaccionó para sentarse y darle otro trago a la botella que, segundos después Iwaizumi le arrancó de la mano.
— ¿Qué haces? — Preguntó Oikawa irritado mirándolo con ceño fruncido.
— ¿Qué haces tú? ¿Acaso piensas ahogarte en alcohol hasta morir de un coma etílico?
— ¿Y qué te importa? Es más, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes dónde vivo?
Iwaizumi rascó su nuca y observó al rededor, la casa estaba hecha un desastre, hacía días no limpiaba porque llegaba muy cansado de las clases nocturnas y solo dormía.
— Vivo al final del pasillo, me mudé ayer y había venido a reclamar por el ruido, no me dejabas estudiar.
Oikawa lo miró sorprendido, ¿Cómo no se dió cuenta que estaba saliendo de su propia residencia al salir de su casa?
— Bueno, puedes irte porque no dejaré de escuchar música, es sábado.
Iwaizumi frunció el ceño y en pasos rápidos dejó la botella sobre la mesa de madera y salió del apartamento de Oikawa dando un portazo.
Se sentó sobre el sillón y las lágrimas empezaron a salir furiosamente, las secaba con la manga de su buzo apenas se asomaban pero aún así estas seguían saliendo unas tras otras hasta que se dió por vencido y decidió permitirse a sí mismo llorar y sentirse mal con la esperanza de que se sentiría mejor luego, se recostó mientras la música seguía perforando sus oídos.
¿Cómo había acabado así? De haber sido un estudiante ejemplar, popular, el capitán del equipo de volleyball y haber triunfado al por fin poder estar con el chico que siempre le había gustado, a llevar dos días ebrio con su casa hecha un desastre, sin parar de llorar y con su cabeza vuelta un desastre, un triste desastre.
¿Qué pasaría ahora? ¿Qué sería lo siguiente? Se sentía perdido, vacío y como una masa sin forma e inexistente, no sabía qué hacer y sólo accionaba a alcoholizarse para poder olvidar el dolor que perforaba a su corazón.
Quizás con el alcohol me sienta mejor.
Mentira, era mentira, al estar ebrio reía y se divertía, pero ¿Y luego? Cuando pasaba la borrachera la realidad le caía como un balde de agua fría, un balde que siempre trataba de esquivar pero era imposible, siempre lo alcanzaba.
Sin darse cuenta la botella de vodka ya estaba vacía y de un momento a otro ya estaba totalmente dormido sobre el sillón.
Mientras tanto, unas puertas más allá, Iwaizumi estaba sentado frente a su escritorio con libros abiertos frente a él sin poder siquiera detener la avalancha de pensamientos sobre el ebrio y deprimido Tooru.
¿Por qué le estaba pasando ésto? Encima con un hombre, no era homofóbico pero nunca había estado con un hombre, si que le habían gustado pero no había pasado nada más y además, ¿Por qué con él? Apenas lo había conocido hace un día y de los momentos que pasaron juntos la mayoría fue con él ebrio.
Lanzó un pequeño gruñido al aire y concentró todo su poder mental en los textos que tenía frente a él pero, fue imposible.
¿Quién sería ese tal Hanamaki? Su novio, probablemente, la cuestión era, ¿Qué habría hecho para que Tooru reaccionara así? Para embriagarse y llorar tanto, debió haber sido terrible.
Tenía ganas de salir corriendo a ver si Tooru estaba bien, una voz en su cabeza susurró "¿Y por qué no?" junto a todo el valor que su cuerpo contenía se puso de pie y caminó hasta la puerta.
Antes de siquiera tocar la manija escuchó una voz a sus espaldas.
— ¿A dónde vas?
Kurome se había despertado y lo miraba desde el pasillo con ceño fruncido.
— Iba a quejarme por el ruido, no puedo estudiar. — Exclamó sin siquiera girarse.
La sintió acercarse por detrás y rodear su cuello con sus brazos.
— Está bien, podemos hacer nuestro propio ruido. — Susurró sobre su oído.
Iwaizumi solo negó con la cabeza y se deshizo de sus brazos pasando una mano por su cabello y sin mirarla exclamó.
— Tengo que estudiar, será luego.
La mirada afilada de Kurome ya no tenía ningún efecto sobre él y parecía que ella poco a poco se daba cuenta así que solo asintió y se retiró a la habitación de nuevo.
Entre sus propios suspiros cansados Iwaizumi tomó asiento de nuevo frente al escritorio y volvió a su lucha contra los pensamientos y las ganas de estudiar.
Lo que no sabía, es que unas puertas más allá estaba un ebrio recién despierto combatiendo con los mismos pensamientos, pensamientos que se vieron ahogados por un sueño imposible de contener.
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We fell in love in Tokyo (Haikyuu!!)
FanfictionOikawa siente que todas las puertas de su vida se han cerrado, está perdido y vacío, pero por cada puerta que se cierra se abre una ventana, al menos en su caso la ventana que se abre todas las noches es la de su nuevo vecino bastante obstinado el c...