Capítulo 23

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Olivia
No podía creer lo que mi madre me estaba pidiendo. Sabía que me quería proteger, que quería lo mejor para mí y entendía el hecho de que quisiera alejarme de Dominic, pero lo que me indigno fue pedirme que me separara de Nathaniel. Él no había hecho nada. Después de un rato en el baño decidí asegurarme de que mi madre ya no estuviese en mi habitación y así fue. Salí para terminar de alistarme e irme a descansar. Tenía mucho que pensar y procesar.

Esa mañana mamá se fue más temprano de lo normal, lo cual era algo extraño ya que mamá siempre solía llegar tarde o Justo a tiempo. En esta ocasión tuve que hacer su papel y ayude a Noah a alistarse. Ya listos cada quien tomó rumbo a la escuela.

Me encontré a Georgina en clase de química como siempre con su arrogancia, solo que esta vez se paso de la línea. Fuimos al laboratorio a realizar un experimento y a la chica se le ocurrió tirarme una sustancia enzima, una que por lo menos no era nociva, pero aun así la profesora me obligó a meterme en la regadera de auxilio que tienen los laboratorios para asegurarse que realmente no tuviera ningún efecto en mi. Me agrado que la enviaran a dirección lo cual no duro mucho. Llamaron a su madre quien se la pasó cerca de una hora dentro de la oficina y en seguida soltaron a esa chica  como si nada. Era típico de las escuelas privadas. Una pequeña donación y se olvidaban todos los problemas. O por lo menos eso había visto que igual ocurría con Erick.

Al llegar a casa mamá estaba ahí, algo también extraño ya que llega más tarde debido a su trabajo. La noté algo nerviosa.
-¿por qué tan temprano?-dije en tono sarcástico-¿No fuiste a trabajar?-dije mientras ponía mi mochila en el Sofá.
-Sí fui. Es solo que...-dijo rascándose la cabeza. Era evidente que estaba nerviosa-Le he pedido a Adam su apoyo para tu entrenamiento y está aquí.-dijo esperando algún tipo de relación de mi parte.
-Hablamos de esto mamá, entiendo que me quieras lejos de Dominic, pero ¿que hay de Nathaniel? Él puede ayudarme.-dije en forma de reclamo pero con un tono pacifico. Quería evitar cualquier tipo de  confrontación.
-No me parece prudente que sigas cerca de Nathaniel- dijo acercándose a mi.
-¿por qué?-dije exigiendo una explicación concreta.-solo quiero que me des una razón sólida y lo haré.-dije levantando un poco el tono de voz.
-Él ha tenido un mal historial con sus aprendices-dijo mi madre frunciendo el ceño.
-Bueno, no soy las demás aprendices-dije levantando una ceja, poniéndome un poco a la defensiva.
-No quiero que salgas lastimada.-soltó y pude ver la preocupación en sus ojos.
-No pasará, creo que ambos podemos ser profesionales.-dije haciéndome una promesa.
No tuvo más razones para evitar que me involucrara con las personas que me ayudaron a descubrir la verdad. Iba de camino a mi habitación y vi a Adam.
-Hey! ¿Lista?-preguntó con entusiasmo. Me sentí nerviosa y culpable, ya estaba aquí y no pude decirle que no.
-Claro-dije y puse la sonrisa más falsa y nerviosa que tenía-Ire a dejar mis cosas y ponerme un pans cómodo.-subí corriendo las escaleras e hice lo que dije que haría.

Mi madre se sorprendió al vernos en el patio, unos minutos antes me había negado a entrenar con él. Pero no dijo nada, puso una sonrisa de satisfacción y se marchó. Comenzamos calentando, estiramiento y esas cosas. Después me puso cardio. A diferencia de la vez que entrene con Dominic hice menos tiempo, me volvía más rápida. Y ocurrió lo mismo con las demás actividades. La más notoria fue el salto, podía brincar tan alto que podía llegar al balcón de mi ventana con un solo salto. Adam me explicó que a algunos ángeles sus poderes se les fortalecen poco a poco y con entrenamiento y a otros de la noche a la mañana, lo segundo era más peligroso y desconcertante aquellos normalmente son los del bando de Lucifer, no pueden controlar sus impulsos y tienen un ego tremendo.
Terminamos con el entrenamiento y me felicito por el esfuerzo y compromiso que ponía en ello. Y luego se marchó. Seguía en el patio trasero frente a la piscina quitándome el sudor con una toalla cuando sonó el timbre, no le tome importancia, me había acostumbrado a que había personas para eso. Unos segundos después apareció Jacob recargado en el ventanal que conectaba a la casa con el patio trasero.
-Que Linda te ves toda sudada-dijo e hizo que desviara mi atención de mi celular a él. Me sorprendió su presencia.
-¿Qué haces aquí?-dije realmente confundida.
-Quiero que salgamos.-dijo y se acercó con una sonrisa hacia donde yo estaba, me tomó de la cintura, me acercó hacia él y me plantó un beso. Un beso realmente inesperado y desconcertante, no pude corresponder al beso porque no tenía ni idea de lo que ocurría. Solo lo aleje y al igual que yo quedo un tanto desconcertado. -¿qué ocurre? ¿No te gusto?-dijo cómo si esto fuera un interrogatorio.
-No es eso.-dije girándome y caminando en dirección a la casa.-Es que me tomaste por sorpresa.-A mis espaldas venía él, siguiéndome a donde sea que fuera.
-Lo siento. No quería hacerlo. Solo quiero salir contigo.-dijo y me detuvo en las escaleras antes de seguir caminado en dirección a mi habitación. Lo mira para inspeccionar su rostro, era como si estuviera suplicando. Ojalá esto funcione.
-Funcionar ¿qué?-dije sin importarme qué notara que puedo leer los pensamientos. Me puse un poco tensa y nerviosa después de notar lo que había hecho, lo solté y corrí a subir las escaleras. Quedo confundido, realmente confundió y desconcertado. Llegue a mi habitación y cerré la puerta, me recargue en esta y me comencé a preguntas <¿qué has hecho?> Comencé a formular una explicación para lo ocurrido pero nada sonaba tan convincente y es como si me leyera la mente. Nathaniel apareció en mi balcón con su cara de serio como siempre. Él podría ayudarme. Antes de acercarme a abrirle el ventanal para que pudiera entrar y ayudarme, sonó la puerta.
-Soy Jacob, ábreme por favor. ¿Qué ocurrió allá abajo?-me puse aún más tensa y nerviosa, no podía tener a ambos chicos en mi habitación. Tenía que saber a quien iba dejar pasar. Opte por dejar pasar a Nathaniel y que me ayudara con esto. Abrí el ventanal y lo jale con fuerza hacia adentro de allá habitación.
-Woow, Te has vuelto más fuerte, pero tranquila. ¿Qué ocurre?-cuestionó inspeccionando mi rostro.
-Es que yo...-Fue lo único que logre articular.
-Tranquila, por eso estoy aquí.-dijo muy relajado.
-¿cómo...lo supiste?-nuevamente leyendo mis pensamientos.
-No lo sabía con exactitud. Mi instinto me dijo que necesitabas ayuda, pero no sabía que se tratase de eso.-dijo tomando asiento en mi cama. Nuevamente tocaron la puerta.
-Olivia. ¿Estás con alguien ahí adentro? ¿Por eso no me quieres abrir?-dijo Jacob me puse aun más nerviosa y tensa. Nathaniel sonrío y yo lo silencié.
-No hay nadie. Voy a bañarme. Dijiste que querías que saliéramos. Salgo en un rato.-dije intentando tranquilizar sus nervios y los Míos.
-Te veo en la sala-dijo y se marchó. Inhale tan profundo. No había notado que había dejado de respirar.
-Así que saldrás con él.-dijo levantando una ceja.-¿cual será tu excusa ante la lectura de sus pensamientos?-dijo recargándose en la cama.
-No se, no se. ¿Podrías ayudarme?-dije alistando mis cosas para tomar un baño.-¿puedes pensar en lo que me baño?-dije corriendo a la regadera.

El secreto de Olivia. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora