Un sentimiento

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*¡Vamos chico! Atrápalo, tu puedes ¡MATALO!*

Me desperté después de haber escuchado un sonido en la cocina, pensé que había sido un malhechor, me levanté de mi cama y miré el reloj, eran las 3:30 a. m. Agarré un cuchillo de casería que tenía en mi mesa de noche, bajé lentamente las escaleras, solo para encontrarme a "Anthony" en la cocina, no sé que trataba de hacer, no sé si quería robar, comer o simplemente irse de mi casa, me quedé en la sala mirándolo, se veía tan ingenuo, murmuraba muchas palabras, me reí un poco, el me escuchó, me volteó agarró un cuchillo de mantequilla y asustado y me dijo:

- ¿Quien eres y que es lo que quieres de mí? N-no te metas conmigo no sabes de lo que soy capaz, déjame ir, déjame salir de este lugar, si no me dejas salir te juro que te voy a matar, vamos, quiero ver tu rostro.

Me reí un poco más fuerte, encendí la luz de la cocina y le dije:

- Creo que en vez de amenazarme deberías de agradecerme que te traje a mi casa y no te deje tirado en el suelo, deberías de agradecer, no te voy a hacer daño, no tienes nada que me interese, ahora, dime, ¿qué es lo que buscas? Creo que con ese cuchillo no me podrías hacer daño, que es lo que vas a hacer, ¿llenarme de mantequilla?

Me reí al ver la expresión de enojo que tenía en su cara, pues al parecer se sorprendió de que yo lo haya traído a mi casa, el escondió el cuchillo y me dijo con un tono muy molesto, casi gritando:

- ¿Por qué estoy en tu estúpida casa y más importante aún? ¿Por que estoy desnudo en TÚ casa? Que demonios fue lo que me hiciste, no me digas que tú y yo hicimos algo, por que yo no soy de ese tipo de gente asquerosa, dime ahora mismo por que estoy aquí en tu casa, casi desnudo, dímelo ahora.

Ciertamente su manera de hablar era muy grosera de su boca solo salían palabras soezes, en cada una de sus oraciones tenía que ir una palabra grosera, no hice caso a eso, solo respondí sus preguntas, además, ¿él y yo tener algo? Eso jamás pasaría, el es el amanerado, su comentario me había disgustado mucho, solo fruncí el ceño un poco y me dispuse a responder cada una de sus preguntas.

- Mira, solo te lo voy a decir una vez, quiero que prestes atención, no, tu y yo no hicimos nada y nuca vamos a hacer algo, eso sería desagradable, estás en mi casa porque cuando trataste de matarme en el callejón, hiciste algo muy estúpido, te lanzaste encima mío y te enterraste tu propia navaja en el abdomen, no sin antes rasgar tu pierna, no fue tan grave, pero como eres un dramático te desmayaste y por eso ahora estás aquí, estás semi-desnudo porque curé tus heridas y para hacerlo bien te tuve que quitar la camisa, creo que mi decisión fue la correcta, si te hubiera dejado en la calle ahorita mismo estarías en la cárcel ya que eres una persona buscada por la ley, deberías de agradecerme.

Sonreí triunfante esperando un agradecimiento de su parte, pero lo único que recibí fue un golpe en la cara, el se había molestado aún más, me golpeó y trato de irse, lo único que no sabía era que mi casa siempre la mantenía bajo llave, el trató de abrir la puerta principal, solo me reí al ver su torpeza, siguió luchando con la puerta sin tener éxito alguno se acercó hacia mí con dificultad, me tomó de la camisa, me alzó y me dijo:

- No sé que mierda es lo que tratas de hacer conmigo, pero te doy la orden de que me sueltes ahora mismo y me dejes ir, ya sabes quién soy y sabes de lo que soy capaz, si no quieres morir ahora mismo déjame salir, es una orden.

¿Orden? ¿Él me estaba dando órdenes a mí? Oh Dios mío, le falta mucho por aprender, me estaba agarrando muy fuerte de mi camisa, solo me hacía sentir incómodo, traté de safarme, pero el me agarraba con demasiada fuerza, yo no era de los tipos que le gusta pelear, no sabía cómo soltarme de su agarre, lo único que se me ocurrió fue tocarle la herida, le toqué el abdomen, él hizo un quejido de dolor y me dejó caer al piso, me levanté y me sacudí mi pijama, sonreí y le dije:

Siempre estaré para tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora