Umbrella

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15 de septiembre de 1929

Querida Helena:

Lo recuerdo como si hubiese sido ayer, ese día de nubes grisáceas, una fina lluvia cubria las calles de Brooklyn dándole un toque triste a la desolada avenida.
El sonido de la lluvia golpeando delicadamente mi paraguas era relajante, sin embargo tenia prisa de llegar a casa y fue entonces cuando te vi, caminando sin preocupaciones, tu vestido rosa pastel y tu paraguas rojo hicieron que el viento se lleve ese toque triste.
Como no reconocer tu belleza?, eras Helena, la mujer que trabajaba conmigo en aquella radio, verte alegraba mi ser. Tus ojos me hicieron perderme y tu sonrisa me termino de enamorar... Pero desgraciadamente fui muy cobarde para decirtelo, ya estas felizmente casada con otro hombre . Amo verte feliz, pero creo que es tiempo de dejarte ir, espero que un día me recuerdes y se es asi, búscame en las estrellas.

Con amor:

                     Frank    

cartas que no se enviaron Donde viven las historias. Descúbrelo ahora